Por: Marta Tomé
Parte 2.- Honduras y su endémica corrupción
Honduras, tradicionalmente, ha sido una nación católica, aunque el catolicismo ha disminuido considerablemente, y el protestantismo evangélico ha crecido significativamente. Sin embargo, no ha sido la religión la que nos ha polarizado a los hondureños como en otros países. Ese papel lo ha monopolizado la política, que al crear conflictos ideológicos en nuestras mentes ha hecho surgir un fanatismo intransigente, a tal extremo que se ha perdido el respeto por los que tienen ideas políticas diferentes.
El diálogo se hace difícil y la dialéctica entre adversarios políticos es casi imposible pues nos vemos como enemigos. Ese fanatismo se vuelve incondicional hacía los lideres del partido, sin importar quienes sean o si se merecen esa lealtad. Tanto la educación como el ambiente familiar y social influyen en ese fanatismo, pues muchas veces sirve para que se equiparen deficiencias y problemas familiares, y hasta resentimientos sociales.
La política en general, con sus diferentes ideologías, tiene una gran responsabilidad social y los partidos políticos son los que la moldean. Con sus programas son los que deberían proponer la forma de solucionar los problemas y fomentar el desarrollo. Programas que deberían presentar a los votantes para convencerlos de que los apoyen y elijan. Desgraciadamente, ese no es el proceso político en Honduras, porque nuestros políticos no son estadistas. Lo único que les interesa es obtener el poder para satisfacer su ego, vaciar las arcas del Estado y darse la gran vida con todos los suyos, cueste lo que cueste, y sin importarles quien lo pague.
El pueblo, con su resignación, es el que termina pagando los patos. Cada vez se empobrece más. Esa es, desgraciadamente, la realidad que todos conocemos en Honduras, pero de la que nadie se hace responsable, aunque todos sepamos que los culpables están en los partidos políticos, pues son los que gobiernan y deciden sobre lo que se hace o no se hace en el país. Son esos que no tienen ni la integridad, vocación y capacidad necesaria para gobernar un país. Algunos han llegado al extremo de privatizar la política y crear castas para que el poder quede dentro de sus familias.
La herencia genética respaldada por el aprendizaje ha hecho que en muchas familias se hayan desarrollado determinados talentos como la pintura, la literatura y la investigación científica:
La familia de pintores neerlandeses Bosch (del Bosco), la alemana de los Cranach, la flamenca de los Brueghel son buenos ejemplos. Los hermanos Grimm, las hermanas Brönte, Alejandro Dumas padre (1802-1870) e hijo (1824-1895), los hermanos Antonio (1875-1939) y Manuel Machado (1874-1947), los hermanos Heinrich (1871-1950), Thomas Mann (1875-1955) y 4 hijos de este son ejemplos en la literatura. El caso más emblemático es el de la familia Curie, en la que 4 miembros dedicaron su vida a la ciencia y recibieron múltiples Premios Nobel.
Hay muchísimas familias más que han sobresalido por haber tenido varios miembros con el mismo talento y haberlo desarrollado.
En Honduras, es posible que también haya alguna que pudiese agregarse a esta lista, desgraciadamente yo no la conozco. Lo que sí sé es que, en nuestro país, miembros de determinadas familias han hecho de la política un “modus vivendi”. Esta práctica ha dado origen a la endogamia política y al secuestro de los partidos. Ese vicio ha estado muy arraigado en los 2 partidos tradicionales: el Liberal (PL) y el Nacional (PN). El Partido Libertad y Refundación (LIBRE), que es una escisión del PL, ha conservado los vicios originales de éste, sólo que los ha adaptado a su propio modelo político, en este caso ha refundado la endogamia del PL, convirtiéndola en un nepotismo desmesurado.
Bien dice Julio Raudales que en Honduras: “El dilema democrático se evidencia porque hordas de seres humanos sin talento ni disciplina, encuentran en la política una manera fácil de obtener dinero -el de todos y de nadie- para así permitirse una forma de vida que de otro modo les condenaría al ostracismo y la pobreza. […] Cada día es más evidente que en política no están quienes deberían, ni deberían estar quienes están.
Se imagina usted, estimada o estimado compatriota, que alguien sin vocación o talento para cualquier rama artística se dedicase a alguna de ellas, o que alguien sin preparación académica, habilidades investigativas y pensamiento crítico se dedicase a la ciencia. Eso no sería posible porque si lo intentase fracasaría totalmente. Pero en países subdesarrollados es posible que personas sin la capacidad, preparación y honradez necesarias se dediquen a la política y no sólo eso, sino que contagien a otros familiares a hacer lo mismo como medio de vida fácil.
Lo deprimente es que el fanatismo político arraigado en nuestros pueblos sin suficiente educación, es el que permite y hace posible que las élites políticas manejen la cosa pública como una empresa privada. Es la razón por la que nuestros países se mantengan en el subdesarrollo y pobreza, a pesar de las riquezas naturales que tenemos.
Algunos ejemplos de cómo, en los 3 partidos hegemónicos, los altos cargos políticos se tratan de mantener en familia, como bienes heredados:
PARTIDO NACIONAL:
• Oswaldo José Ramos Aguilar, quiere heredar el curul de su padre Oswaldo Ramos Soto (QEPD), que estuvo 5 legislaturas en el CN por Francisco Morazán.
• Adrián Josué Martínez Soler, es diputado por Comayagua y pretende ser reelecto. Es sobrino de los exdiputados Edgardo y Gerardo Martínez.
PARTIDO LIBERTAD Y REFUNDACIÒN:
• Amable de Jesús Hernández, el poderoso alcalde vitalicio de San José de Colinas, Santa Bárbara, fue nombrado director interino del Instituto Nacional de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados y funcionarios del Poder Ejecutivo (Injupem), y ha logrado que su hijo, Cristian de Jesús Hernández Diaz, se convierta en diputado (2022-2026), con intenciones de ser reelecto.
PARTIDO LIBERAL:
• Víctor Rolando Sabillón Sabillón (PL), también de Santa Bárbara, señalado por nexos con el narcotráfico y que está en su periodo en el CN, heredó su caudal electoral a su hijo José Rolando Sabillón Muñoz, quien se presentará a las elecciones 2026-2030, por la corriente de Jorge Cálix, como el único elegido en ese departamento por el PL. Lo interesante de este caso es que José Rolando Sabillón era el comisionado de la Superintendencia Alianza Público-Privada (SAPP), a la que renunció para poder lanzarse como diputado, pero le traspasó su puesto a su padre Víctor Sabillón. Para lo que el jefe de la bancada liberal, Mario Segura, presentó una moción nominativa en el CN para que Víctor Sabillón ocupase el lugar de su hijo como comisionado de la SAPP.
Estos ejemplos son sólo una pequeña muestra del abuso de poder y la corrupción de nuestra clase política que ha logrado fusionar lo público con lo privado y cuyo fin es sólo llegar al poder para beneficiarse personalmente de la cosa pública.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional (TI) de 2024, Honduras bajó a 22 puntos, siendo el puntaje más bajo del país en la historia de su medición. En América Latina es el 4º país más corrupto, sólo superado por Nicaragua, Haití y Venezuela. Tiene el mismo nivel de corrupción que Azerbaiyán, Líbano y Rusia. Este último, un país con un gobierno antidemócrático, y además tan corrupto como el nuestro, deseaba participar como observador de las elecciones generales del 30 de noviembre. Menos mal que las 2 consejeras del Consejo Nacional Electoral (CNE) vetaron la petición que el consejero del oficialismo pretendía aprobar.
En el siguiente gráfico se puede apreciar el comportamiento de ese índice en 2 años del gobierno de Pepe Lobo, los 8 de JOH y 3 de Xiomara Castro, quien fue electa para que corrigiera la corrupción de JOH. Usted puede apreciar cual ha sido el resultado.

En la siguiente tabla (elaboración propia) he extendido el comportamiento de ese índice al gobierno de Mel Zelaya (1952) e incluido los 2 primeros años del gobierno de Pepe Lobo (1947). *Pero como el 28 de junio de 2009 fue el golpe a Mel Zelaya y su periodo presidencial lo concluyó Roberto Micheletti Bain (1943), ese año la corrupción está compartida entre ambos, pues esos 7 meses de gobierno de Micheletti fueron de extrema corrupción.

A través del IPC, Transparencia Internacional mide la corrupción del sector público, basándose en los sobornos, la malversación de fondos y la eficacia de las políticas anticorrupción de los países que forman parte de la medición. Ese índice determina la corrupción en una escala de 0 (alta) a 100 (baja). En nuestro país, la corrupción tiene raíces muy profundas y desde 2015 no ha dejado de caer. Según el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Honduras pierde más de 77 mil millones de lempiras (más de 3,000 millones de dólares) al año por corrupción.
La deuda pública total de Honduras al 30 de junio de 2025, según el Banco Central (BCH) fue:
$ 10,084.5 millones de deuda externa
$ 8,140.0 millones de deuda interna. (214,200.6 millones de lempiras)
$ 18,224.5 millones en total
Utilicemos la aritmética y hagamos una operación sencilla: Si cada año el Estado de Honduras pierde más de 3 mil millones de dólares por la corrupción. Pero si no hubiese corrupción, ¿cuántos años se necesitarían para pagar la deuda pública, de más de 18 mil millones de dólares?
18 ÷ 3 = 6 Sin corrupción, en 6 años Honduras podría pagar toda la deuda pública. Así de sencillo, así de fácil, pero al mismo tiempo así de difícil, así de complicado.
Víctor Meza (1945-2022) nos explicó que: “Son necesarios 4 requisitos para que la corrupción e inseguridad puedan establecerse como sistema:
1.- el corruptor, 2.- el corrupto, 3.- la impunidad y 4.- la tolerancia social”.
En Honduras, desgraciadamente, se dan esas 4 condiciones, por lo que Víctor Meza con razón prosiguió “La corrupción en Honduras, más que un acto individual, es un sistema; además no es un problema solamente de ética, es un problema del desarrollo, inseguridad, violencia colectiva y de la degradación del Estado… La sociedad lejos de condenar al corrupto, lo premia; calificándolo de inteligente, listo, vivo, atrevido y hombre de éxito; el corrupto se siente realizado en una sociedad que lo tolera y en un sistema judicial que no lo castiga”.
Podemos observar que se cumple el dicho que:” Para bailar tango se necesitan 2” . Para la corrupción se necesitan el corruptor y el corrupto. Pero para que la impunidad exista la sociedad debe tolerar la corrupción, no castigarla.
Nuestra historia contiene tantos casos de corrupción y opresión política que nuestro pueblo se ha ido acostumbrando a esa situación de la misma forma que nuestros indígenas se acostumbraron a pensar en otro idioma, a creer en otro Dios, a padecer otras enfermedades, a adoptar otras costumbres… a aceptar otra cultura.
Pero la corrupción al degradar al Estado impide el desarrollo, pues deteriora la institucionalidad que según los economistas: Daron Acemoglu (1967) y James A. Robinson (1960) es la causa de que fracasen los países. En 2012, estos economistas publicaron el Libro: Why nations fail: The origins of Power, Prosperity and Poverty, en el que exponen su teoría de la falta de institucionalidad como causa del fracaso de los países. Esa investigación fue completada por Simon Johnso (1963), por la que en 2024 se les otorgó a los 3 el Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel.
En América Latina hay 2 países que nos podrían servir de ejemplos de cómo el narcotráfico podría deteriorar su institucionalidad y llevarlos al fracaso: Ecuador y Uruguay. De ambos deberíamos estudiar a fondo los errores que han cometido, porque nuestra situación va por el camino de que el narcotráfico destruya por completo nuestra ya debilucha institucionalidad.
Honduras, para poder avanzar debe dar el primer paso, que es comenzar a luchar contra la corrupción. Una tarea muy difícil, teniendo en cuenta la poca cultura y educación que en general tenemos los hondureños, lo que ha permitido el fanatismo y este a su vez la tolerancia social que permite la impunidad y la corrupción. Tenemos que impedir que la corrupción siga creciendo en Honduras, porque no sólo es lamentable que la corrupción se haya vuelto parte de nuestra cultura, sino que cada año crece, que tarde o temprano pude destruirnos y se cumpla entonces la sospecha que en 2020 manifestó el historiador israelí Yuval Noah Harari : “Debido a su modelo económico y educativo, Honduras estaría destinada a desaparecer como país en 2050”.
Tomémoslo en serio y hagamos lo necesario para que no se cumpla. Para ello necesitamos educación. El candidato que se comprometa a hacer de la educación un bien común, es en el que podemos confiar y el que se merece nuestro apoyo y voto.
Es cierto que los políticos, igual del partido que sean. saquean las arcas del Estado una y otra vez sin que nadie le ponga fin a esa malversación de los fondos públicos porque nosotros, el pueblo soberano lo permitimos. Eso se debe que gran parte de nuestra gente no tiene la educación necesaria para saber cómo hacerlo. Porque la pobreza los ha debilitado. Porque si 6-7 de 10 hondureños son pobres pues es comprensible que su prioridad sea la supervivencia, y de eso se siguen aprovechando las y los politicastros, que tratan de conservar los esquemas tradicionales para proteger sus intereses. Para que la pobreza y vulnerabilidad obligue a “los nadies” hondureños a vender su voto. Y si cada 4 años estos vuelven a caer en la trampa es por ignorancia, desconsuelo y más que todo por la esperanza de que por fin llegue el Mesías que les resuelva los problemas y los saque de la pobreza. Pero el Mesías nunca llega y, sin embargo, ellos no se cansan de esperarlo, no pierden la ilusión de que algún día esa utopía se convierta en realidad. Circunstancia que nuestros viciados políticos han sabido aprovechar para satisfacer sus propios intereses. Sólo hay que oír sus discursos basados en ideologías obsoletas y llenos de promesas frívolas y someras de las que se olvidan nomás los terminan.
Las y los muchísimos empleados públicos son coaccionados por el oficialismo a votar por sus candidatas y candidatos. Las chambas públicas para eso son, para comprar votos. Estos y muchos otros ardides utilizados en los eventos electorales son los que hacen que las personas electas para cargos públicos no sean las más respetadas y populares. Pueda que su elección sea el resultado de la manipulación de las urnas con votos inflados, que hayan ejercido presión sobre el votante, que hayan comprado los votos o utilizado cualquier otra artimaña electoral.
Por eso, tanto dentro como fuera del país, muchísimos hondureños nos sentimos defraudados porque las esperanzas y expectativas de cambio que pusimos en el gobierno de la ALIANZA se vieron frustradas por su rompimiento, que no sólo fue político sino social.
El pueblo hondureño añoraba tranquilidad y bienestar después del nefasto, corrupto e ilegal narcogobierno de Juan Orlando Hernández y votó por la ALIANZA con esperanzas de que ésta comenzara con el cambio que el país tanto necesita. Sin embargo, Xiomara Castro perdió esa gran oportunidad de unirnos a los hondureños y hacer historia. La desperdició, pues en vez de cimentar la reconciliación de la familia hondureña permitió que su marido, Mel Zelaya, la dividiera muchísimo más. Los cambios que han hecho, como los de todos los gobiernos anteriores, han sido puramente cosméticos, la situación del país no ha mejorado sino empeorado, porque ahora n sólo estamos más divididos, sino que ls corrupción ha aumentado.
Pero ya se sienten pasos de animal grande, porque el panorama político está cambiando en Honduras. Los cambios generacionales que se producen a nivel mundial también se llevan a cabo en nuestro país.
Las y los miembros de la generación Z y millenials que han sido moldeados por la tecnología, han desechado muchos de los antiguos parámetros sociales, obteniendo una perspectiva nueva del entorno que les rodea, incluyendo el político y se han vuelto independientes, Porque han comprendido el jueguito de los políticuchos de oficio y ya no se dejan embaucar. Los jóvenes forman la mayoría, sobre todo esos que no tienen esperanzas para su futuro porque para ellos no hay oportunidades.
Aunque con sacrificios, también de los padres, hayan estudiado, preparándose y hecho una carrera, cuando la terminan se dan cuenta que no es su currículo lo que les ayudará a obtener empleo sino tener un familiar, amigo o conocido en el gobierno.
A estos jóvenes ya no se les puede engañar con un pan con mostaza o con un bono unos días antes de las elecciones. Y su voto tiene muchísimo peso porque ya no están dispuestos a venderlo o regalarlo. Han reconocido que su voto es el arma que tienen para hacer valer sus derechos y exigencias, las que no son pocas.
En la segunda vuelta presidencial del pasado 19 de octubre en Bolivia, fue el voto independiente el que escogió a Rodrigo Paz Pereira para que, a partir del 8 de noviembre de 2025, se convierta en el presidente de la nación. Interesante en esa votación es que Paz logró convencer al 54 % de los bolivianos dentro del país, pero de los que viven en el extranjero, casi 59 % le dieron su voto… Sólo 10 días después de que Rodrigo Paz ganase la segunda vuelta en Bolivia, el 29 de octubre sucedió algo parecido en los Países Bajos, donde Rob Jetten, el más joven de los candidatos y abiertamente gay, ganó las elecciones generales, elevando a su partido D66 (izquierda liberal) del quinto al primer lugar.
Lo que logró con el apoyo de los independientes, no sólo dentro sino también fuera del país. Ahora los Países Bajos tendrán una doble relación con Argentina, pues no sólo la reina Máxima es argentina, sino también el nuevo primercaballero, Nicolás Keenan, que es jugador profesional de hockey.
Esas 2 votaciones demuestran que son los independientes los que pueden decidir una elección y que la tendencia hacia el cambio es mayor entre los emigrantes. Este 30 de noviembre… ¿será el voto independiente el que decida quien tome las riendas de nuestro país por los 4 próximos años? Eso estará por verse.
Moraleja anónima: “Enséñale a una persona a tener criterio y no será de izquierda ni de derecha. Será un ser libre, autónomo, inalienable y descontaminado de todo tipo de odios y fanatismos





