Por: Tomás Andino Mencía
Los días de Juan Orlando Hernández en el poder están contados. El y muchos de sus acólitos saben que, saliendo de Casa Presidencial, les espera una celda en New York. Basta leer cualquier periódico o ver cualquier cadena internacional para darse cuenta de la espada que pende sobre su cabeza. Por tal motivo, es cuestión de vida o muerte para el futuro convicto permanecer en los círculos del poder.
En ese sentido, JOH es una bestia aislada y acorralada nacional e internacionalmente que se aferra al gobierno con garras y colmillos, consciente de que la rueda de la historia está a punto de pasarle por encima. En su situación se puede esperar de él cualquier locura; desde hacer un fraude electoral escandaloso hasta provocar un genocidio programado contra la población hondureña, si eso sirve a sus propósitos. Y no estoy exagerando. Su actitud ante la pandemia y frente a la tragedia de los huracanes Eta e Iota; así como las masacres que realiza para “limpiar” evidencias que lo incriminen, refleja la frialdad y perversidad de un régimen enfermo que está dispuesto a sobrevivir sobre los huesos de miles de compatriotas.
Sin embargo, es un error creer que el problema se reduce a Juan Orlando y que la solución solo consiste en que el abandone el gobierno. Esa es una condición necesaria pero no suficiente. JOH es la cabeza visible de una bestia más grande, de múltiples cabezas que llamamos narco-dictadura. Esta es un conjunto de personas e instituciones que se cohesionan para oprimirnos y que hasta ahora JOH ha coordinado. Nació del Golpe de Estado de 2009 y la conforman empresarios, políticos, militares, policías, entre otros, quienes desde entonces tienen como botín toda la riqueza que genera nuestro país. El día que a la narcodictadura le convenga, no tendrá problema en sustituir a JOH por otro que funcione perfectamente a sus intereses, no importa de qué partido sea, con tal les jure lealtad; un ejemplo de ello es el lado oscuro del Partido Liberal.
Cuentan para ello con un aliado externo, que siempre apadrino a los gobiernos golpistas, me refiero al gobierno de Estados Unidos, para quien la dictadura también ha sido funcional. Los yanquis no tienen amigos sino intereses. Mientras los dictadores les sirven los apoyan, cuando dejan de ser útiles los desechan y se buscan un sustituto. Por eso, otro error es creer que porque los gringos metan preso a JOH es que quieren una solución que beneficie al Pueblo hondureño. Que nadie se engañe: los gringos procuraran poner a alguien que beneficie sus intereses, no los nuestros. Alla nosotros si nos dejamos.
Para que la patria pueda quitarse la bota que tiene sobre su cuello y respirar de nuevo, se requiere extirpar con nuestras propias fuerzas a toda esa mafia corrupta y criminal que durante décadas se ha beneficiado de los negocios sucios, el tráfico de drogas y el lavado de activos el que, como si fuera un cáncer, se ha extendido a todos los órganos del Estado.
A la mayoría de los miembros de esa mafia criminal no es difícil identificarlos pues están en los círculos de poder. Es el grupo de corruptos y enfermos de avaricia que detenta el control del Congreso Nacional, el Poder Judicial, el Ministerio Publico, muchas alcaldías, y demás ramas del Estado, instituciones que han servido como oficinas de trámite del dictador para sus perversos fines. Dicha mafia la integran también oficiales de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas corruptos que exhiben su lealtad al narco dictador, apaleando, abusando y asesinando compatriotas actuando como sicarios y guardaespaldas de los narcos ¿Quién no los conoce?
No obstante, en otras esferas, su identificación se torna menos clara. En los círculos empresariales están agazapados entre los magnates de la banca, la industria y el comercio; se esconden como potentados de medios de comunicación tarifados, o en las iglesias tras las sotanas y los pulpitos; en las ONG que besan el trasero de los gobernantes o en las dirigencias sindicales y sociales que voltean a ver hacia otro lado mientras la dictadura tritura a sus representados. A estos también hay que hacerles rendir cuentas porque son de la misma pandilla.
Pero hay una especie particularmente peligrosa de esta calaña; son los líderes políticos que, de una u otra forma, se han beneficiado de las mieles del poder y de sus sucios negocios. Son especialmente peligrosos porque estos tienen la posibilidad de hacer que este estado de cosas se perpetúe desde el poder de un gobierno. No solo los hay en el Partido Nacional, también hay lobos disfrazados con piel de oveja, vinculados al Poder y enemigos del Pueblo en partidos de la llamada “oposición”: En el Partido Liberal, esto es claro en el caso de los diputados(as) “pandoros” y del exconvicto Yani Rosenthal, condenado por una Corte norteamericana y acusado criminalmente por el abogado Rene Adán Tomé, según denuncia presentada recientemente.
Esto podría ocurrir también en el Partido Libertad y Refundación si su militancia no está “ojo al cristo”, pues pese a que en su gran mayoría sus candidatos(as) son personas honorables, no está exento de haber sido infiltrado por elementos que se camuflan como el camaleón. Recuerdo en las elecciones de 2017 el caso de Jeffrey Darío Guzmán, excandidato a alcalde por el municipio de El Paraíso, Copan, pedido en extradición por un tribunal norteamericano. Y qué hay del caso de Adán Funez, incriminado por Los Cachiros en sus testimonios (Diario Tiempo, 8 de marzo de 2017) ¿acaso ya fueron desvirtuados esos señalamientos?
También existe una subespecie menor muy ligada a este tipo de políticos corruptos; son los oportunistas arribistas, quienes, para quedar bien con estos, los lisonjean, transan con ellos y los promueven porque piensan que así aseguran su propio beneficio. Son capaces de organizar fraudes electorales para que se impongan, porque la ética es la menos común de sus virtudes.
En un estado que represente la soberanía popular y que tenga capacidad de hacer justicia, estos funcionarios y políticos deberían desfilar por los tribunales e ir directo a prisión de comprobárseles las denuncias. Pero en un estado capitalista fallido como el hondureño, los resortes del poder funcionan de manera que estos mismos criminales pueden llegar a ser presidentes, como es el caso de JOH, o diputados y alcaldes. Debemos ser conscientes que el mecanismo electoral funciona en Honduras como una maquila reproductora de la corrupción.
Por todo lo anterior, las elecciones primarias del próximo domingo 14 de marzo cobran gran importancia ya que ahí se definirán los finalistas de la contienda de noviembre. Para quienes participen como votantes en las mismas, el dilema está claro: continuar con aquellos que representan a la narcodictadura, a sus compinches y a los oportunistas, o cambiar por quienes han luchado verdaderamente por un mejor país. Ay de aquel partido que elija a candidatos presidencial, a diputados y diputadas, o a alcaldes de entre los vinculados a las mafias. Ay de las y los electores que les den el voto, porque sufrirán las consecuencias
Votar porque a esas esferas del Estado llegue gente decente y verdaderos luchadores sociales y no delincuentes ni oportunistas arribistas, es la responsabilidad del momento. No será suficiente, como lo he dicho en otros escritos, porque a la par debe hacerse la lucha en el terreo social que es la que nace de las entrañas del Pueblo, pero como están las cosas saber elegir en estas elecciones primarias viene a ser una condición necesaria de las batallas que habrá que librar en las elecciones generales.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
En Honduras no hay regimen ustedes dejen de engañar a la gente con sus mentiras si de verdad hubiera dictaduria ustedes no fueran libres de escribir estos mensajes con odio porque a Dios no le gusta tanto odio porque ustedes tambien le daran cuentas a Dios porque ustedes no son santos pero todas esas palabras en un futuro les traera factura porque cuando de verdad en Honduras tenga un dictador van a llorar y no todos los Hondureños piensan igual que ustedes debeb de respetar a las personas que son nacionalistas pero el valor de la tolerancia se ha perdido y es una lastima y Dios guarde al gobernante porque Dios ama a todos sean buenos o malos y pronto todos estaremos delante del trono de Dios y los que menos pensemos podran ser salvos y nosotros no por eso debemos amarnos los unos a los otros pero estamos viviendo los ultimos dias debemos seguir a Dios el es nuestro unico salvador y si hibiera dictaduria nadie fuera libre de publicar lo que ponen en las redes sociales esos insultos donde si hay dictaduria es en cuba,venezuela y nicaragua o el mas fuerte que es el presidente de corea del norte que la gente no pueden usar ninguna red social o ir a una iglesia a hi si vive oprimida la gente