Por: Adolfo Gabriel Carranza
Diez años de la sucesión forzada, de la supuesta carta de renuncia del Presidente, las balas de goma, los mensajes del cardenal y de la ‘’defensa’’ de la Constitución.
Aunque en ese tiempo era muy joven, pude observar la «careta» de los medios de comunicación, que mientras los militares torturaban y disparaban a quemarropa en mi colonia ubicada en Tegucigalpa, la prioridad de estos medios en sus transmisiones eran la ‘’muñequitos’’, los partidos de fútbol y el especial de Michael Jackson.
Lo bueno de todo esto es que gran parte de la población se convenció del nivel de manipulación de estas corporaciones de comunicación.
El 28 de junio de 2009 se orquestó un Golpe de Estado en contra del presidente Manuel Zelaya, lo que desencadenó masivas protestas y descontento social, que aún 10 años después persisten debido a que vivimos una Dictadura.
Los que justificaron el Golpe de Estado por que la reelección es ilegal, han quedado como ingenuos con el pasar del tiempo. Y el tiempo dio razón, que las fuerzas militares atienden a los intereses de la elite económica y que es imposible que él haya actuado sin la aprobación táctica de la inteligencia estadounidense.
Un Golpe de Estado se miraba en los libros de clase de Historia y tan lejano en pleno siglo 21. Al final se concretó y nos dejó claro quién manda en Honduras.
En la actualidad vivimos un ‘’Deja Vu’’ lo que algunos ‘’analistas’’ concuerdan que es por la falta de diálogo y madurez política, pero lo que ignoran que; al haber fraudes electorales, privatizaciones de instituciones públicas y niveles altos de corrupción, lo que provoca es el descontento social, masivas caravanas hacia otros países y una gran ingobernabilidad.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas