Cada 10 de septiembre, Honduras conmemora el Día del Niño, una fecha especial dedicada a celebrar la vida, la alegría y la importancia de la infancia en la sociedad. Es un día para reconocer a los menores como sujetos de derechos, valorar su desarrollo integral y fomentar espacios donde puedan aprender, jugar y crecer en un entorno seguro y protegido.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL DÍA DEL NIÑO EN HONDURAS?
Esta celebración tiene su origen en la Declaración de Ginebra de 1924, impulsada por la Sociedad de Naciones, que sentó las bases para la protección internacional de los niños y la promoción de su educación, salud y desarrollo integral.
Sin embargo, a nivel nacional, la celebración se alinea con la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por las Naciones Unidas en 1989, la cual establece derechos fundamentales como la educación, la protección contra la violencia y el acceso a un entorno seguro y saludable para todos los niños y niñas.
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PERO, ¿QUÉ SE HACE EN ESTE DÍA?
En Honduras, el Día del Niño se celebra como una ocasión especial para reconocer y festejar a los menores mediante diversas actividades. En las escuelas se organizan juegos, concursos y presentaciones artísticas, mientras que las familias aprovechan la fecha para compartir momentos recreativos y culturales que fortalecen los lazos familiares y destacan el protagonismo de los niños, así como su valioso aporte al presente y futuro del país.
ALEGRÍA Y DESAFÍOS: LA DUALIDAD DEL DIA DEL NIÑO
Hoy, en el marco del Día del Niño en Honduras, la niñez enfrenta una situación crítica marcada por abandono estatal y múltiples formas de vulnerabilidad.
Más de un millón de menores están fuera del sistema educativo, mientras más de 15,000 viven en condición de calle, expuestos a violencia, explotación laboral, desnutrición y riesgos de salud física y mental. Entre 2022 y 2024 se documentaron 373 muertes violentas de menores de 18 años, y solo en 2025 ya suman 64, reflejando el impacto del crimen organizado, las maras y la violencia estructural.
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La migración infantil también refleja la profunda crisis humanitaria: entre 2015 y agosto de 2025, 145,874 menores fueron retornados al país tras intentar migrar, muchos expuestos a separación familiar, violencia y explotación. Además, la reciente negativa del Congreso a ratificar el Tercer Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño limita el acceso de la infancia a mecanismos internacionales de justicia.
En este Día del Niño, estas cifras y realidades contrastan con la celebración, recordando la urgente necesidad de políticas efectivas que garanticen derechos y protección a todos los niños y niñas en Honduras.
Más allá de la celebración, el Día del Niño invita a la sociedad a asumir un compromiso activo con la infancia, reconociendo que los niños y niñas son protagonistas del presente y el futuro del país, y que su pleno desarrollo depende de la atención, el respeto y la protección que reciban de la familia, la comunidad y el Estado.





