justicia para Berta Cáceres

Despertemos: hagamos caso a Berta Cáceres

Tomado de elDiario.es

El viernes se cumple un año del asesinato de la defensora de los ríos: no se han determinado culpables, pero el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca está paralizado

«El control del agua supone el control de la vida. No es sorprendente que, a lo largo de los siglos, monarcas y gobernantes hayan participado en la canalización de ríos o en la construcción de presas»

«De los ríos somos los custodios ancestrales el pueblo lenca, resguardados además por los espíritus de las niñas que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida por la humanidad y por este planeta». Berta Cáceres pronunció estas palabras cuando recibió el Premio Goldman en 2015. Berta Cáceres dio su vida por los ríos, por la humanidad y por el planeta.  Berta Cáceres fue asesinada el 3 de marzo de 2016, por su lucha contra la construcción de la hidroeléctrica Agua Zarca en el río hondureño Gualcarque. El próximo viernes se cumple un año de su homicidio aún no resuelto pero que, paradójicamente, ha llenado de mucha vida. Berta Cáceres vive. Su voz, y su lucha, se ha multiplicado.

También vive el legado y la entrega en defensa del territorio, de la naturaleza y de los derechos humanos de Isidro Baldenegro ( Premio Goldman en 2005), Laura Vásquez, Juan Ontiveros y Sebastián Alonso, recientemente asesinados en otros puntos de América Latina. En tan solo los dos primeros meses de 2017, se han contabilizado 14 homicidios de activistas por los derechos humanos –siete en Colombia, dos en Guatemala, dos en México y tres en Nicaragua–, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Este organismo recuerda constantemente que «es un deber de los Estados garantizar la seguridad de los grupos de defensoras y defensores en especial situación de riesgo y adoptar medidas específicas de protección adaptadas a sus necesidades, por ejemplo, a través de protocolos especializados».

Lamentablemente la impunidad es constante. A pesar de la contundente y extendida presión internacional, el asesinato de Berta Cáceres sigue sin resolverse. «La vergonzosa ausencia de una investigación efectiva para hallar a quienes ordenaron el brutal homicidio envía un aterrador mensaje a los cientos de personas que se atreven a manifestarse contra los poderosos», dice Amnistía Internacional.

Los intereses económicos de las grandes transnacionales, con el apoyo de determinados intereses políticos, buscan, a través de decenas de artimañas muchas de ellas ilícitas, inmorales y criminales, el control sobre los bienes comunes. ¿El objetivo? Poner la naturaleza y su riqueza al servicio de unos pocos, condenando mientras a miles de personas al despojo. «El control del agua supone el control de la vida. No es sorprendente que, a lo largo de los siglos, monarcas y gobernantes hayan participado en la canalización de ríos o en la construcción de presas», ha escrito Maggie Black en el libro El secuestro del agua. La mala gestión de los recursos hídricos.

Un año después del asesinato de Berta Cáceres, de la compañera Berta, de doña Berta, de Bertita o, simplemente, de mami, según se la nombra en el documental ‘Guardiana de los ríos’, sigue sin responsables claros, pero el proyecto Agua Zarca, contra el que luchó, está paralizado. Y su organización, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), recuerda constantemente que ‘Berta Vive’ porque su defensa de los ríos está fortalecida. «Berta ha sembrado una semilla para seguir cosechando lucha», recoge el documental, producido y realizado por Radio Progreso de Honduras.

Berta Zúñiga Cáceres DANIEL CIMA

«La puerta la abrió antes con su trabajo y la puerta la abre con su muerte. Tenemos que marcar un precedente de justicia en un país donde no hay justicia», afirma con firmeza una de sus hijas, Berta Zúñiga Cáceres. «Nosotras vamos a seguir en pie y ahí vive mi mami», habla la más pequeña de la familia, Laura Zúñiga Cáceres. Mientras, la madre, Austra Berta Flores, culpa al Estado, a la empresa DESA, a las fuerzas políticas y los consorcios e intereses empresariales. Lo hace serena y sin titubear, porque aunque la justicia no haya dictado culpabilidad, nadie duda de quién está detrás del asesinato de la activista, ni del de Tomás García, otro miembro de COPINH asesinado en 2013, ni del de Nelson García, ni de las amenazas que ha sufrido Kevin Ramírez o Electeria Gómez.

El legado no está sólo presente en su familia, sino también en su comunidad, en sus compañeras de organización y en otros muchos pueblos a los que quieren arrebatar su espacio, su identidad. «Este río siempre me llama y yo tengo que andar ahí», explica María Domínguez, hondureña lenca amenazada y golpeada por defender las aguas del Gualcarque. «Los contrarios siempre andan rodeando la comunidad, siempre estamos en alerta. Vamos a seguir luchando, nunca nos vamos a desmayar», habla ahora doña Merche, otra de las protagonistas del audiovisual. «Creían que asesinando a Berta iban a acabar con el COPINH, que iba a desaparecer y la lucha iba a acabar, pero la gente se encanchimbó y luchó más», subraya otro defensor de los derechos humanos.

El asesinato de Berta Cáceres ha partido la historia de Honduras, como afirmó Jennifer Ávila, la periodista que ha coordinado el documental, en la presentación que se hizo en Bilbao. Este crimen, por su eco internacional, ha demostrado que el modelo extractivista y la represión están amenazando el acceso a la tierra, al agua, a la historia, a la identidad, a los derechos al pueblo lenca; pero también al pueblo hondureño, al pueblo centroamericano y, tristemente, a gran parte de la ciudadanía global que carece de ningún tipo de privilegio. Defendamos a las que nos defienden es el reclamo de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos, que lanza constantemente alertas de mujeres en peligro por su activismo social y medioambiental y que está promoviendo movilizaciones en las embajadas de Honduras para el próximo 2 de marzo: «Nosotras, sus compañeras de lucha, hermanas, cómplices y amigas seguimos su legado».

«Despertemos, humanidad. Nuestra conciencia será sacudida por el hecho de estar sólo contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal», dijo también Berta cuando recibió el premio Goldman. Berta vive.

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