Los vuelos que transportaban migrantes venezolanos, presuntamente asociados al Tren de Aragua, aterrizaron primero en Palmerola, Honduras, antes de dirigirse a El Salvador
Tegucigalpa, Honduras. – En medio de la controversia desatada por el traslado forzado de Estados Unidos a El Salvador de migrantes venezolanos, supuestamente vinculados a la red criminal del Tren de Aragua, pasó desapercibido el aterrizaje previo de dichos vuelos en Honduras, específicamente en Palmerola.
¿Por qué aterrizaron en Honduras cuando estaban a minutos del aeropuerto de El Salvador? Es una pregunta de la que no hay respuesta oficial, pero si especulaciones de medios estadounidenses concerniente a la orden verbal del juez para el retorno de dichos vuelos a territorio estadounidense.
Criterio.hn siguió los vuelos de las aeronaves de la empresa Global X –con las matrículas N630VA, N278GX y N837VA, que salieron del Aeropuerto Internacional Valley, ubicado en Harlingen, Texas, y arribaron a Palmerola la tarde-noche del sábado 15 de marzo–a través de los sitios especializados en rastreo de vuelos FlightAware y Flightradar24.
En Honduras, el aterrizaje de los vuelos pasó desapercibido porque el gobierno no informó de lo ocurrido, contrario al 20 de febrero –cuando Palmerola sirvió como puente para el traslado de migrantes de Venezuela que estaban siendo detenidos en la Base Naval de la Bahía de Guantánamo, que la administración de Xiomara Castro hizo hasta un comunicado para informar sobre este hecho.
Graco Pérez, analista en temas internacionales, indicó que no hay razón para que los aviones se detuvieran en Honduras cuando podían arribar directamente a El Salvador, a menos que las aeronaves trasladaran migrantes hondureños.
Criterio.hn consultó a Wilson Paz Reyes, director del Instituto Nacional de Migración (INM), sobre si reciben vuelos de migrantes hondureños retornados en el Aeropuerto Internacional de Palmerola, quien respondió por mensaje: “No! Los migrantes hondureños llegan al aeropuerto de SPS [San Pedro Sula]”.
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ARRIBÓ A PALMEROLA
El New York Times confirmó con oficiales hondureños, quienes no fueron identificados que los tres vuelos aterrizaron en la Base Aérea Soto Cano, en la que por décadas ha operado la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, que está bajo el mando del Comando Sur de los Estados Unidos. Los tres vuelos habrían permanecido por horas en dicha estación, previo a su despegue a San Salvador.
Es importante señalar que si bien el Aeropuerto Internacional de Palmerola, la Base Aérea Soto Cano y la Academia Militar de Aviación de Honduras Capitán Roberto Raúl Barahona Lagos usan la misma pista, sus áreas de estación están muy bien definidas.
Aunque en teoría la base aérea es operada en conjunto entre la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) y la misión militar estadounidense, Edmundo Orellana, excanciller de la República y exfiscal, dijo a Criterio.hn que en la base aérea quien manda es Estados Unidos.
“[A]llí sí es base militar estadounidense, ahí no entran los hondureños” sin autorización, comentó. Orellana ejemplificó este argumento, relatando una experiencia que tuvo mientras integró una comisión que tenía como mandato la revisión de propiedades militares, y fue durante una visita a Palmerola cuando acompañados por un general hondureño les fue negada la entrada a la base argumentando que era territorio estadounidense.
Orellana especificó que, pese a esta distinción en la base aérea, los vuelos –incluidos los militares estadounidenses– deben solicitar permiso a las autoridades hondureñas para aterrizar en la pista de Palmerola. “Deben tener el plan de vuelo y ser autorizados por el Estado hondureño, porque el espacio aéreo es como si fuera el territorio nacional, es decir, cualquier vehículo terrestre que quiera ingresar a Honduras tiene que pasar por una aduana”, declaró.
Esto fue secundado por el abogado Graco Pérez, quien señaló que existe un procedimiento de sobrevuelo previo al ingreso de aeronaves, tanto comerciales como militares, que trasladan migrantes. “No es que entran y aterrizan, tienen que pedir permiso de sobrevuelo para que se den todas las condiciones y procedimientos de aterrizaje”, compartió.
¿QUIÉN LE DICE NO AL “IMPERIO»?
Debido a la posible violación a los derechos humanos en la que habría incurrido la administración de Donald Trump para el traslado de las personas venezolanas a quienes imputan ser integrantes de la banda del crimen organizado Tren de Aragua, posiblemente ignorando una orden judicial, la situación podría tener repercusiones.
El excanciller Edmundo Orellana descartó que el aterrizaje tenga consecuencias en materia de derechos Humanos para el Estado de Honduras por permitir el aterrizaje de aeronaves cuyo destino final era El Salvador. Agregó que «[e]n todo caso, el problema lo tiene [Nayib] Bukele con el manejo de las cárceles, que posiblemente la Corte Interamericana [de Derechos Humanos] en algún momento pueda tomar una decisión». Sin embargo, considera que posiblemente el presidente salvadoreño se retire del Sistema Interamericano.
Orellana señaló que, si bien Honduras puede rechazar recibir estos vuelos, no cuenta con «la altura [y capacidad] para negarse» y agregó que «con solo que [EE. UU.] grave las remesas sería suficiente golpe mortal para la economía nacional».
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El abogado Graco Pérez apuntó que toda esta situación ha levantado una discusión legal que va desde el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 por parte de EE. UU., el cumplimiento del debido proceso, la existencia o inexistencia de un acuerdo entre ambas naciones para trasladar migrantes en Estados Unidos a prisiones de El Salvador, el momento en el tiempo en que se pronunció el juez y si debieron retornar las aeronaves tras conocer la orden judicial. “Esta situación tendrá consecuencias legales y en derechos humanos para Estados Unidos y El Salvador”, indicó.
La declaración jurada de Robert L. Cerna, director en funciones de la oficina de campo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), indican la ausencia de pruebas contra muchas de las personas migrantes venezolanas que fueron expulsadas de EE. UU. al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, bajo la excusa de pertenecer al Tren de Aragua.
“Si bien es cierto que muchos de los miembros de TdA [Tren de Aragua] expulsados en virtud de la AEA [Ley de Enemigos Extranjeros] no tienen antecedentes penales en Estados Unidos, ello se debe a que llevan poco tiempo en el país. La falta de antecedentes penales no indica que representen una amenaza limitada. De hecho, basándose en su asociación con TdA, la falta de información específica sobre cada individuo en realidad pone de relieve el riesgo que representan. Demuestra que son terroristas de los que carecemos de un perfil completo”, establece el noveno punto de la declaración del director Cerna.
“[S]i Honduras no sabía y simplemente le piden permiso para aterrizar por cualquier situación X, por abastecimiento, porque se estaban preparando en El Salvador, una emergencia, Honduras no es responsable”, afirmó Pérez.
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Amante de la historia y la lectura, en permanente búsqueda del ritmo en las narrativas. Soy una periodista incisiva, las contradicciones son una invitación a investigar y la normalidad está sobrevalorada. Me rehúso a sobrevivir dentro de los pensamientos erróneos de una sociedad asfixiante. Investigo y construyo reportajes sobre el modelo extractivista y su impacto en los derechos humanos de los pueblos ancestrales, grupos vulnerabilizados y sociedad en general. Ver todas las entradas