Por: Redacción CRITERIO
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La Crisis universitaria no es nueva, lleva ya varios años y nadie se ha querido sentar y sostener un verdadero diálogo que incluya a todos los actores involucrados en el proceso de enseñanza aprendizaje de la educación superior en Honduras. El Consejo Universitario como máxima autoridad ha sido tan solo un monigote manejado a su antojo por la rectora que es quien toma las decisiones de lo que se hace o se deja de hacer en la UNAH.
No se ha querido reconocer que las asociaciones de las carreras universitarias son según la misma ley orgánica de la universidad, los entes representativos de los estudiantes y se ha querido imponer como sus representantes a dos frentes estudiantiles que han sido cooptados por las autoridades universitarias.
Pese a las peticiones de diálogo por parte de los estudiantes, los padres de familia y muchos sectores del país, la rectora ha hecho caso omiso a esas peticiones y ha querido imponer un modelo de conversaciones que los estudiantes no aceptan porque no se sienten representados y ella ni siquiera asistió al simulacro emprendido el pasado fin de semana.
El Consejo Popular de Organizaciones Indígenas de Honduras (COPINH) y la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) llegaron hasta la UNAH para solidarizarse con la lucha estudiantil y Miriam Miranda expresó “sabemos que en esta universidad no se educa para liberar, están educando a nuestros jóvenes para ser sometidos, para ser serviles y por eso tenemos que luchar por una universidad liberadora, por una academia que acompañe la lucha de los pueblos”.
La respuesta por parte de la rectora y las autoridades que le acompañan y que le siguen el juego ha sido criminalización de los estudiantes y el uso excesivo de la fuerza introduciendo las fuerzas militares y policiales a la máxima casa de estudios violando la autonomía universitaria.
En contubernio con las autoridades universitarias, miembros de la policía y el ejercito de Honduras, vestidos de civil han ingresado a la UNAH a levantar perfiles de los y las estudiantes y al ser descubiertos han disparado contra la humanidad de los jovenes universitarios.
El descontento estudiantil ha ido creciendo no solo en las dos principales sedes de la UNAH como son Tegucigalpa y San Pedro Sula y se ha extendido a los siete centros regionales con que cuenta la máxima casa de estudios.
Primero fueron los catedráticos de las carreras de ciencias sociales quienes se manifestaron contra el actuar de la rectora universitaria y exigieron también un diálogo verdadero e incluyente. Luego fue la Asociación de Docentes de la Universidad en pleno quienes se sumaron a la lucha y casi al unísono se sumó el Sindicato de Trabajadores de la UNAH (SITRAUNAH).
Este viernes la rectora ordenó el desalojo de las ciudades universitarias de Tegucigalpa y san Pedro Sula y aunque las ordenes de desalojo no contemplaban capturas, la policía se llevó a 22 alumnos que hasta las 9 10 de la noche seguían en poder de los uniformados.
Los padres de familia y defensores de derechos humanos han permanecido en las instalaciones de la Dirección Policial de Investigación que se niega a liberar a los jóvenes aun y cuando su captura y retención son ilegales porque no existía una orden de aprehensión contra los estudiantes presos.
Los estudiantes han respondido con flores y arte ante las agresiones propiciadas por la rectora y ejecutadas por la policía.
Todas estas acciones cargadas de prepotencia y soberbia por parte de la rectora Julieta Castellanos ha provocado que muchos sectores no solo de la universidad estén pidiendo la salida de ella como titular de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y hasta se habla que ya la Casa Presidencial está buscando su sustituto que estaría entre Rigoberto Chang Castillo y Leonidas Rosa Bautista con lo que vendría a agravarse mas el problema ya que sería una imposición mas por parte del presente gobierno rectorado por Juan Hernández. 
