Foto portada: Campesinos de Gracias, Lempira. Foto: Guillermo Burgos/Criterio.hn
Tegucigalpa, Honduras. – La carencia de alimentos afecta a los hogares hondureños y es un problema que se vive en la zona rural, pero también tiene un fuerte impacto en la zona urbana de Honduras. Crisis que se agudiza por el alto costo de los insumos, el cambio climático y la falta de atención gubernamental para impulsar el agro.
De acuerdo el Programa Mundial de Alimentos (PMA), al menos unos 2.6 millones de habitantes pasan por la crisis alimentaria.
“El panorama es complicado. Actualmente es difícil la situación de acceso de alimentos de un gran porcentaje de la población y la situación se va a agravar más”, indicó Cesar Castillo investigador de la Facultad de Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Honduras.
De acuerdo con Castillo, la seguridad alimentaria no sólo depende de la producción sino de la capacidad de importación del país. Además de la capacidad de recursos que tengan la familia para poder acceder a ellos.
“Tenemos dificultades en la producción que se evidencia con la sequía y un esquema del acceso a los alimentos de las personas, que realmente están en condiciones deplorables”, apuntó Castillo.
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LA ALIMENTACIÓN: UN DERECHO FUNDAMENTAL
Honduras, como parte del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas –órgano encargado de supervisar la aplicación del referido pacto— reconoce el derecho humano fundamental de la protección contra el hambre.
En ese sentido, está obligada a adoptar medidas para mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos, además, asegurar un reparto equitativo de los mismos en relación con las necesidades de la población.
Pero, ¿Qué es la crisis alimentaria? De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la crisis alimentaria es “la falta de acceso a alimentos suficientes y nutritivos que afecta a una o varias regiones geográficas y/o a un grupo de población determinado”.
Cesar Castillo, indicó en entrevista con Criterio.hn que la crisis alimentaria se genera principalmente por la no disponibilidad de alimentos en el país, ya sea que no se produzca o que no se puede importar.
“La crisis alimentaria mundial que vive el planeta, fruto de una confluencia de crisis causadas por las alteraciones climáticas, los conflictos y las presiones económicas, provoca que el número de personas hambrientas a escala global haya crecido”, señala el PMA.
Según estimaciones del PMA, 345.2 millones de personas pasarán hambre este año:
“Este dato es realmente grave, ya que el hambre, en especial en los niños y niñas, tiene profundas consecuencias prolongadas en los niveles de salud y educación a largo plazo”, señaló Volker Türk, alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
¿CÓMO CONTRARRESTAR LOS EFECTOS DE LA CRISIS ALIMENTARIA?
La crisis alimentaria también pasa por los efectos del cambio climático y esta a su vez se agudiza cuando no hay un programa de atención a los productores, cuando no se ha garantizado el acceso a la tierra, y cuando no hay fondos que fortalezcan tanto hombres como a mujeres campesinas.
Pronostican que la temporada seca será más severa este 2023, en comparación a los últimos dos años. El período de canícula, que representa disminución de las lluvias, será más intenso en algunas zonas del país, según Copeco.
Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA)
De acuerdo con, Yasmín López, coordinadora general Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA), este año la crisis alimentaria está en aumento debido a la sequía que se ha generado por la falta de lluvias.
Además, la defensora de derechos de la mujer campesina, indicó que la crisis alimentaria se agudiza por no contar con el acceso a la tierra, acceso al crédito y por la falta de asistencia técnica. “Todavía sigue siendo un desafío para este gobierno esas garantías en el campo”, manifestó Yasmin López.
Datos del INE, señalan que el 8.9 % de las mujeres en Honduras, se dedican a la agricultura y según las organizaciones campesinas, de los dos millones de mujeres que viven en el área rural, sólo el 14 % posee títulos de tierras.
Para Cesar Castillo, investigador de Flacso, la crisis alimentaria se puede contrarrestar en la medida que el Estado asegure condiciones para la producción de alimentos y a través de la mejora de los ingresos de la población.
“En la medida que el país pueda producir sus propios alimentos y se vuelva independiente de las importaciones, en esa medida va a mejorar la situación de la población”, sugirió Cesar Castillo.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la participación de la agricultura en el gasto público cayó en las últimas dos décadas del 3 % a un promedio del 1.5 %» en la región.
El informe de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC), apuntó que entre junio y agosto de 2022, 17 departamentos de Honduras sufrían crisis alimentaria, con mayor proporción los departamentos de El Paraíso, Gracias a Dios Intibucá, La Paz, Lempira, Santa Bárbara y Yoro.
La GNAFC señaló que cinco países de la región sufrían “graves crisis alimentarias”: Colombia siendo los refugiados y migrantes los más afectados, República Dominicana, Guatemala, Haití y Honduras.
