Consumo y venta de cocaína aumenta en los Estados Unidos

Tomado de InSightCrime

Un informe anual de Estados Unidos sobre el narcotráfico en el mundo ilustra el drástico incremento de la oferta de cocaína en Estados Unidos y una variación en las tendencias del narcotráfico global, que corresponden a un posible pico sin precedentes en la producción de coca en Colombia.

El 1 de marzo, el Departamento de Estado de Estados Unidos presentó al Congreso su análisis anual de las tendencias de narcotráfico, el Informe sobre la Estrategia para el Control Internacional de Estupefacientes (INCSR por sus iniciales en inglés). .

El informe de 2017 refuerza los indicios de un drástico incremento en la cantidad de cocaína que circula en el mundo, según recientes estimativos sobre el cultivo de coca realizados por el gobierno estadounidense. Pero el INCSR también sugiere que los índices reales de cocaína que salen de la región andina son mucho mayores de lo que se ha informado.

En primer lugar, el informe señala que por las fronteras de Guatemala cruzan unas 1.000 toneladas de cocaína al año, la “gran mayoría” con destino a Estados Unidos. La circulación total de cocaína en el mundo debe, por consiguiente, ser mucho mayor, en especial si se considera las enormes cantidades que se trafican a Europa. En comparacion, los últimos estimativos de las Naciones Unidas sobre la producción global de cocaína son de 746 a 943 toneladas en 2014, mientras que Estados Unidos calcula que en 2015 se produjeron un total de 1.130 toneladas en Colombia, Perú y Bolivia.

Pero aun esto podría llegar a niveles sin precedentes en el futuro próximo. Según fuentes consultadas por El Tiempo en Washington, DC, el conteo total de coca para 2016 para Colombia, no publicado, puede llegar hasta las 200.000 hectáreas. Esta podría ser la mayor cantidad registrada, según datos de Estados Unidos y las Naciones Unidas, y una señal de que solo en Colombia se produce la pasmosa cantidad de 1.360 toneladas de cocaína, según cálculos de la ONU basados en el producto de cocaína por hectárea.

Más aún, el tiempo que transcurre entre el momento en que se cultiva la coca y el momento en que finalmente llega a las calles indica que “el pleno impacto de este incremento repentino en el cultivo de coca aún puede estar por materializarse”, dice el INCSR.

Consumo de cocaína aumenta en Estados Unidos

Aunque la actual epidemia de opioides en Estados Unidos ocupó el primer plano en el comunicado del INCSR, el informe da pie a los temores de que la continua explosión de sembrados de coca también tenga fuertes repercusiones más hacia el Norte.

“Hay primeras señales preocupantes que muestran que el consumo y la oferta de cocaína están aumentando en Estados Unidos por primera vez en casi una década”, dice el documento. Luego cita el aumento en los cultivos de coca en Colombia, y agrega que “este alza en la producción puede tener efectos en Estados Unidos”.

No cabe duda de que el consumo de cocaína en Estados Unidos aumenta. Los consumidores novatos pasaron a 61 por ciento entre 2013 y 2015, mientras que el número de personas muertas por sobredosis de cocaína subió 55 por ciento entre 2012 y 2015 para un total de 6.800 muertas, según un informe de diciembre de 2016 (Vea la gráfica siguiente).

Esto plantea la pregunta de siempre, sobre si los proveedores o los consumidores son responsables de la proliferación del alcaloide, y algunos observadores se han apresurado a culpar la producción colombiana de catapultar el consumo de cocaína en el Norte.

Lo más importante, sin embargo, es cómo tratarán el problema las políticas de gobierno. Aunque la nueva administración de Estados Unidos busca adoptar tácticas intimidatorias para evitar el ingreso de estupefacientes al país, también ha demostrado su voluntad de atacar el consumo doméstico como un problema de salud pública.

El consumo de drogas en Estados Unidos no es la única causa de preocupación, pues la proliferación de los mercados de consumo en Latinoamérica ha provocado un fortalecimiento de las organizaciones criminales locales. El INCSR señala que el consumo de sustancias aumenta en países de trasbordo importantes, como El Salvador, Panamá, Belice, Argentina y Brasil.

Cambio de rutas

Otro indicador de la mayor afluencia de cocaína a Estados Unidos es el pronunciado aumento de los decomisos en países de Centroamérica y México, una región que ve pasar casi el 90 por ciento de la cocaína con destino al mercado estadounidense, según el INCSR.

Este incremento se ha observado principalmente en países con las líneas costeras más amplias sobre el Pacífico. Guatemala, por ejemplo, tuvo un récord de decomisos de 18,5 toneladas de cocaína en 2016. El informe añadió que el descubrimiento del primer semisumergible construido en Guatemala señaló que “las organizaciones narcotraficantes en Guatemala se están sofisticando aún más”. El descubrimiento del contenedor marítimo también señaló que el modus operandi estándar del narcotráfico en el país, se hace en su mayoría “por vía terrestre”.

El Salvador exhibió una tendencia comparable en 2016 cuando se incautó de unas 12,2 toneladas de cocaína, más de cuatro veces la cantidad confiscada en 2015.

En México, los decomisos de cocaína se elevaron 183 por ciento a 10,2 toneladas entre abril de 2014 y septiembre de 2015, y las incautaciones de metanfetaminas, goma de opio y marihuana también crecieron sustancialmente. Sin embargo, datos más recientes del gobierno mexicano muestran tendencias de baja en decomisos para todas estas categorías de alcaloides en el primer semestre de 2016.

Las autoridades costarricenses confiscaron un total de 24,5 toneladas de cocaína en 2016, un aumento de 44 por ciento sobre el 2015. Panamá tuvo un leve incremento de los decomisos de cocaína.

Estas tendencias al parecer reflejan la evolución de las operaciones de las mafias colombianas. Como lo ha señalado InSight Crime en anteriores oportunidades, estos grupos parecen estar cambiando sus rutas a la costa Pacífica, en parte como respuesta a una ofensiva del gobierno sobre los narcotraficantes en la región del Caribe.

En los últimos años, la proporción de decomisos en los departamentos del Pacífico colombiano pasó de 21 por ciento en 2014 a 44 por ciento en comparación con el resto del país en 2016 (vea la gráfica siguiente).

Los semisumergibles cargados de droga del tipo hallado en Guatemala parecen estar ganando popularidad en el Pacífico colombiano, con cifras “históricas” de incautaciones en el país en 2016, según El Tiempo.

Esta actual inestabilidad podría aumentar la presión en las autoridades a cargo de la interdicción en Centroamérica, así como forzar al alza el consumo local de cocaína, con la mayor oferta del alcaloide en el terreno —fenómeno que se ha ilustrado en países de tránsito importantes como Brasil y Argentina. A esto se suma el hecho de que los narcotraficantes muchas veces pagan a grupos locales “subcontratados” en especie y no en efectivo, lo que ha desatado guerras territoriales por la venta doméstica de estupefacientes en numerosos países de Latinoamérica.

Y este ya es el caso, no solo de Guatemala, sino también, y de manera notoria, de Panamá y Costa Rica. Estas pandillas locales tienen probabilidades de aumentar su sofisticación con la mayor importancia de sus países en estas rutas estratégicas para las drogas.

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