El coordinador de la Alianza de Oposición dice que el Parlamento sólo debe promover el diálogo entre las partes
Por: Redacción CRITERIO
Tegucigalpa.-El Congreso Nacional no debe intervenir en la crisis de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), su papel debe limitarse a buscar el diálogo entre los estudiantes y las autoridades, consideró este martes el coordinar de la Alianza de Oposición contra la Dictadura y expresidente de la República, Manuel Zelaya Rosales.
“Consideramos que el Congreso no debe intervenir la Universidad sino en participar en promover el diálogo”, expresó Zelaya Rosales, quien se refirió al tema ante la insistencia de los medios de comunicación sobre si la Alianza está detrás de las protestas y tomas en la Alma Mater, promovidas por el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU).
Agregó que cierto sector de la sociedad hondureña—en el que incluyó a los propietarios de los medios de comunicación—existe una visión equivocada sobre lo que significa la institucionalidad del país, cuando satanizan la participación de los partidos políticos en los asuntos de interés nacional.
A renglón seguido apuntó que los partidos políticos deben estar de manera permanente opinando sobre los temas económicos, sociales, etc. “Lo que pasa es que aquí en los medios hay un sesgo contra la política y los políticos para privilegiar a los sectores capitalistas” porque no quieren las transformaciones en el país, pues quieren que las cosas sigan igual, acotó.
Zelaya Rosales dijo además que hay mucha intransigencia por parte de las autoridades universitarias al no escuchar los reclamos de los estudiantes.
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Sin andar sin ambages, apuntó que los estudiantes han sido reprimidos, se les ha obstaculizado sus procesos electorales y se les ha negado el derecho a participar en un diálogo, por lo que, “nosotros apoyamos esa causa moralmente”.
Agregó que como político y miembro del Partido Libertada y Refundación (Libre) su responsabilidad es buscar el diálogo para solventar la problemática.
Finalmente consideró que la represión contra el estudiantado es el reflejo del autoritarismo y del uso de la fuerza con el que ha venido operado el Estado hondureño a raíz del golpe del Estado de 2009, que lo derrocó de la Presidencia de la República.
