La situación se complica para quienes buscan asilo, ya que las políticas migratorias actuales y futuras podrían determinar el destino de miles que huyen de la violencia y la pobreza
Tegucigalpa, Honduras. – ¡Manchadas de rojo están las fronteras, porque ahí se mata a la clase obrera! ¡Somos migrantes, no somos criminales! ¡Somos trabajadores, internacionales! Es la consigna que cientos de personas migrantes cantan al unísono en la caravana denominada «No más sangre de migrantes».
La caravana que Salió desde el parque Bicentenario en Tapachula, Chiapas, con rumbo a la Ciudad de México, hoy 5 de noviembre de 2024, en medio de la jornada electoral en los Estados Unidos, está conformada entre 2500 a 3000 personas migrantes, impulsados por la urgencia de cruzar la frontera antes de que se materialicen posibles políticas restrictivas. La figura de Donald Trump, con su historial de medidas enérgicas contra la inmigración, ha intensificado el temor entre quienes buscan escapar de la violencia y la pobreza en sus países de origen.
La caravana, «No más sangre de migrantes», se erige como un símbolo de resistencia y protesta contra la violencia sistemática que sufren las personas migrantes en México. Este movimiento no sólo denuncia las agresiones y abusos que enfrentan a lo largo de su travesía, sino que también busca visibilizar la profunda crisis humanitaria que afecta a miles de personas en su intento por alcanzar un futuro mejor.
Yeison Díaz, uno los voceros de la caravana, expresó en una entrevista con el periodista mexicano Argenis Esquipulas que el endurecimiento del programa CBP One en Estados Unidos ha generado serias complicaciones para quienes buscan asilo. Según Díaz, las nuevas restricciones han incrementado la desesperación entre las personas migrantes, y además ha incrementado la migración estacionaria, ya que las personas solicitantes de asilo, están varados en México esperando una cita.
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EXPECTATIVAS DE CRUZAR LAS FRONTERAS
Las caravanas de personas migrantes, principalmente de Venezuela y Centroamérica, se organizan para cruzar México, un país que se ha convertido en un terreno peligroso para quienes buscan llegar a los Estados Unidos. César Castillo, director del Observatorio para las Migraciones Internacionales en Honduras (OMIH), explicó a Criterio.hn que se agrupan en el sur de México para enfrentar una ruta que representa serios riesgos, incluyendo violaciones a sus derechos humanos y la amenaza del crimen organizado.
Castillo subrayó que la situación se ha agravado debido a las políticas migratorias más restrictivas que podrían implementarse con el cambio de gobierno en EE. UU. «Las políticas migratorias de Trump fueron extremadamente agresivas y existe el temor de que esa xenofobia resurja», advirtió.
Además, señaló que la política migratoria del gobierno de Joe Biden ha tenido un enfoque dual que complica la situación de las personas que han salido de sus países de origen. Si bien se han propuesto reformas para mejorar el sistema de asilo y regularizar la situación de quienes ya están en Estados Unidos, las medidas de control en la frontera han sido igualmente severas.
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PROMESAS ELECTORALES NO DEMUESTRAN UNA REALIDAD
En medio de la incertidumbre sobre el futuro de las políticas migratorias en Estados Unidos, las personas migrantes apresuran su llegada a la frontera. De acuerdo con Karen Valladares coordinadora de Cristosal en Honduras, muchos ven la necesidad de cruzar antes de las elecciones para beneficiarse de un posible cambio en las políticas migratorias. Sin embargo, también advirtió sobre la desconfianza hacia las promesas electorales, recordando que durante la administración de Obama se registraron altas tasas de deportación a pesar de su discurso a favor de la regularización.
A pesar de las dificultades, Valladares subrayó que actualmente existe una política menos restrictiva que ha permitido a algunos migrantes ingresar a EE. UU., lo que alimenta la esperanza entre aquellos que buscan un futuro mejor.
Por si parte, cesar Castillo destacó que durante la administración de Biden, en la que Kamala Harris es vicepresidenta, el uso del Título 42 y otras restricciones han llevado a expulsiones automáticas y a un aumento en la criminalización de la migración, lo que ha generado un clima de incertidumbre.
Además, enfatizó que, aunque el discurso oficial puede mostrar una intención humanitaria, las acciones concretas reflejan una política que sigue siendo restrictiva y que podría intensificarse con el cambio de gobierno en EE. UU., reavivando temores sobre un regreso a las políticas más agresivas implementadas durante la administración Trump.
