Por: Redacción CRITERIO
El embajador de Guatemala ante los Estados Unidos, Julio Lingorria, habló en un foro sobre las democracias latinoamericanas realizado en Miami por la ONG Demos y el Miami Dade College. En su ponencia Lingorria dijo que la corrupción es el mayor peligro que enfrentan las instituciones democráticas de la región. |
Cansados de la corrupción y del coqueteo con el autoritarismo, los habitantes de varios países centroamericanos están saliendo a las calles para protestar, en movimientos masivos que están comenzando a sacudir los cimientos de las estructuras de poder y que ya son descritas como el principio de una primavera de descontento en la región.
Panelistas reunidos esta semana en Miami para analizar el estado de las democracias latinoamericanas dijeron que la corrupción y el autoritarismo vinculados al movimiento bolivariano de Venezuela están propiciando un nuevo período de rompimiento del pueblo con sus gobernantes, con sociedades que comienzan a ser mucho más exigente sobre la conducción de sus países.
“La primavera […] centroamericana, que comienza en Guatemala, ya está alcanzando a Honduras y también a Nicaragua, y las organizaciones civiles se vienen organizando para contestar los abusos de los gobiernos”, advirtió Juan Mata Guevara, obispo de la Diócesis de Estelí, en Nicaragua.
“La institucionalidad en nuestro país está corroída, y así es como nuestro gobierno se ha vuelto permeable a la corrupción por su falta de transparencia que se manifiesta en su empeño en el centralismo”, agregó durante su ponencia en el foro “La Democracia No Tiene Fronteras”, organizado por la ONG Demos y el Miami Dade College.
Pero el epicentro del movimiento está en Honduras y Guatemala, donde decenas de miles de jóvenes han comenzado a protestar organizadamente contra la corrupción.
Y es precisamente la corrupción la que ha representado el factor más corrosivo para el desempeño de las democracias en América Latina, advirtió Julio Lingorria, embajador de Guatemala en Estados Unidos.
La corrupción, no obstante, es la hija ilegítima de muchos padres, que van desde el funcionario que se deja corromper y el empresario inescrupuloso que lo corrompe a cuenta de sobornos que paga para obtener favores, hasta una sociedad que tradicionalmente le ha prestado poca atención al tema, explicó el diplomático.
Hasta que se llega un punto, tal como ha comenzado a suceder en Centroamérica, em que la ciudadanía estalla.
“Desde acá de la ventana, como quien no quiere ver las cosas, han quedado el resto de los pueblos que mucho han tardado en explotar”, comentó Lingorria. “El conformismo los hizo socios de la debacle que ahora se quiere corregir de golpe, y sin esperar el tiempo que la historia da a estos procesos de corrección”.
La crisis en Guatemala comenzó a mediados de abril, luego que las autoridades desmantelaran una red operada por funcionarios que cobraban sobornos para evadir el pago de aranceles. En pocos días, eran miles las personas que se habían sumado al movimiento, que obligó eventualmente a la vicepresidenta Roxana Baldetti a renunciar.
El descontento luego se trasladó a Honduras, donde la ciudadanía protesta contra la corrupción gubernamental en el Seguro Social, que según la fiscalía le ha costado a la nación unos $330 millones y un inadecuado abastecimiento de medicinas que han ocasionado cerca de 2,800 muertes en cinco años.
Los movimientos en Guatemala y Honduras han comenzado a ser replicados en el Salvador y en Panamá.
Y también en Nicaragua, dijo el obispo Mata Guevara, quien advirtió que el gobierno de Daniel Ortega se hizo reelegir en el 2011 para terminar por desmantelar las instituciones democráticas del país.
“Sobre los lomos de la constitución se ha ganado un poder, pero ha sido para desequilibrar las instituciones del estado a favor de un partido gobernante y así permanecer en el poder a toda costa”, dijo el obispo.
“El presidente ahora sigue un plan de un dueño de una finca y así quiere tratar las cosas”, agregó.
En Nicaragua, “no hay espacios para quejarse, ni mucho menos espacio para resolver las quejas”, señaló el religioso, antes de agregar que muchos en están mirando con preocupación los planes del gobierno de construir el Canal de Nicaragua, proyecto que está siendo avanzado a espaldas de la población.
“Acciones que comprometen el ecosistema de Nicaragua, como es tocar el lago, conectarlo con el mar, profundizar ese lago, haciendo de él un lodazal, se maneja con un hermetismo sin conocimiento al público”, dijo Mata Guevara.
Agregó, además, que muchas de las acciones gubernamentales parecen tener el mismo fin.
“El enriquecimiento ilícito”, dijo. (tomado del NuevoHerald)
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas