Captcha

Captcha, el invento de un guatemalteco para despistar los bots: ¿cómo funciona?

 

La expresión “No soy un robot” puede ser comprendida con mucha facilidad por un humano, pero para una máquina resulta extremadamente compleja.

Si hablamos de ordenadores, tras esta tecnología generalmente se encuentra el test de verificación Captcha –un código que luego fue renombrado reCaptcha-  y que opera como un análisis de Turing inversa, donde la Inteligencia Artificial es la que tiene que identificar las diferencias entre robots y seres humanos (no en sentido contrario).

Esta solución codificada, que ya cumplió 20 años de ser creada, sigue siendo ampliamente usada y pese a que ha mutado a lo largo del tiempo, su conceptualización básica de presentar un desafío y una respuesta se mantiene igual.

La idea se sustenta en un algoritmo masivo en donde se invita al usuario a que introduzca un grupo de caracteres que se confunden y se tornan un poco difíciles de distinguir. Hasta ahora, la Inteligencia Artificial no ha podido interpretar este tipo de secuencias de forma acertada.

Quien concibió este invento fue Luis von Ahn, un guatemalteco de 40 años, informático y catedrático de ciencias de la computación en la Universidad Carnegie Mellon en los Estados Unidos, quien vendió su idea a Google hace dos lustros.

El guatemalteco hizo así historia. Se destacó por ser uno de los primeros en promover el crowdsourcing (la cooperación abierta entre grupos y personas para completar tareas) y por sus trabajos recibió el aval y el reconocimiento global.

En 2011, von Ahn fue entrevistado en BBC Mundo cuando aún laboraba en Google y afirmaba que detestaba responder a jefes que le indicaran lo que debía hacer en todo momento. “Puedo hacer lo que quiera”, expresó en ese entonces.

Para esa fecha estaba desarrollando su nuevo trabajo, Duolingo, iniciativa con la que aspiraba traducir todo lo que está escrito en el ciberespacio. Actualmente, esta aplicación pedagógica es preferida en todo el mundo, contando con más de 200 millones de usuarios que la han descargado.

A pesar de que Captcha ha recibido algunas opiniones totalmente en contra, es un test que se usa en todos los rincones de Internet, siendo el invento más reconocido de Luis von Ahn.

Nombrados sencillamente “captchas”, esta codificación que presenta al usuario letras y números distorsionados o imágenes que debe interpretar, nunca falta en las páginas web y en app, con el objetivo de impedir que programas robotizados se cuelen en las plataformas, envíen spam o accedan a toda clase de servicios.

CAPTCHA son las siglas de Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart (prueba de Turing completamente automática y pública para diferenciar ordenadores de humanos).

¿Es infalible?

Entre los problemas y críticas que se le ha hecho al mecanismo es que existe la duda de que realmente los bots (el uso de máquinas que se hacen pasar por usuarios reales) no puedan traspasar estas barreras de protección.

Previendo esto, von Ahn actualizó en 2007 el algoritmo de Captcha (creado en el 2000), pasando a denominarlo reCaptcha, y con el cual introdujo el reconocimiento de textos a través de la imagen, superando así la debilidad del sistema.

Dos años después de la actualización, es decir, en 2009, Google le compró las dos ideas.

ReCaptcha puso así fin al inconveniente de digitalizar los textos, en vista de que usar caracteres con deformidades o con problemas de impresión es más complicado de descifrar por la Inteligencia Artificial. Esto lo convierte en algo más seguro.

A pesar de ello, el uso de los “captchas” no siempre es infalible cuando su implementación es deficiente, y es lo que ocurre con trabajos investigativos – como los proyectos de Vicarious, una compañía de California que se especializa en IA – que advierten que sus equipos automatizados pueden evadir los algoritmos Captcha y reCaptcha.

En virtud de ello, Google mejoró a finales de octubre pasado su ReCaptcha, introduciendo una tercera versión. Aseguran que esto lo hace mucho más confiable.

Mejoras de tercera generación

El propio blog de Google resalta las cualidades de ReCaptcha v3: “Te ayuda a detectar tráfico abusivo en tu página web sin que el usuario sufra fricciones. Ofrece una puntuación basada en interacciones en tu sitio web y te da más flexibilidad para tomar las acciones adecuadas”.

Aunque el ítem de “No soy un robot” no se aplica en todos los casos, como aseguran los desarrolladores de Google, el blog refiere que ReCaptcha v3 permite a los usuarios protegerse de las penetraciones de los bots que buscan hacerse de contraseñas, eliminar contenido y hacer publicaciones spam.

Si bien la nueva versión podría exigirnos más capacidad de resolver problemas, Google no aporta mayores detalles sobre ello.

Hasta ahora se sabe la tercera generación de ReCaptcha será capaz de detectar los movimientos con el mouse y la velocidad para hacer clics, a diferencia de las versiones 1 y 2 que solo interpretaban la conducta del cibernauta mientras navegaba en una sola web.

Según este nuevo estándar, Google sumará puntos a los usuarios de las distintas páginas con parámetros confidenciales o “invisibles”.

Simon Edwards, especialista en ciberseguridad, comentó a la BBC en 2017, durante el lanzamiento de su trabajo con Vicarious, que no es muy frecuente que Captcha reciba amenazas y riesgos de ser atacada, aunque ya era necesaria que se actualizara su operatividad.

Advirtió que este sistema llevaba mucho tiempo siendo utilizado y que era hora de lograr una mejor versión de Captcha. El gran inconveniente es que, al usar esta clase de sistemas, Google obtiene mayor información sobre nuestras conductas en Internet y aportan más contenidos a la Big Data. (Tomado de: Tecnovedosos)

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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