Fotografías y redacción de Horacio Lorca
Tegucigalpa- Bertha Zúniga Cáceres, indígena Lenca del departamento de la Intibucá, en el occidente de Honduras. Es una de las tres hijas de Berta Cáceres y Salvador Zúniga. En el 2017, un año después del asesinato se su madre, asumió la coordinación general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), organización fundada por sus progenitores.
En Bertha Zúniga se encarna y cobra más fuerza la lucha que su progenitora mantuvo por la defensa de los derechos del pueblo indígena Lenca, feministas y contra el extractivismo de recursos naturales, estos últimos de gran importancia y simbolismo en la cosmovisión del los Lencas, que sienten confianza y esperanza en su lideresa de 33 años.
La empresa Desarrollos Energéticos S.A (DESA) está directamente implicada en el asesinato de Berta Cáceres, por su oposición al Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca en el Río Gualcarque. Su presidente David Castillo fue hallado culpable, en 2021, por la coautoría en el crimen y en 2022 fue sentenciado a 22 años de cárcel. Dicha sentencia no está en firme, debido a que la defensa ha presentado recursos de amparo que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) aún no ha resulto. Recientemente el Ministerio Público MP emitió una orden de captura contra Daniel Atala gerente financiero de DESA por supuestos vínculos con el asesinato de Cáceres.
Bertha Zúniga Cáceres, ha tenido una postura firme en la exigencia de justicia para los líderes lencas y de otros pueblos indígenas originarios, asesinados por defender sus territorios.
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Mi carta de presentación es mi obra, me comunico mejor con mis fotografías, porque las palabras son imprecisas. Deseo transmitir un mensaje, sin ninguna imposición o juicio. Mis fotos son una invitación a deconstruir y reconstruir la realidad, son gritos silenciosos que exponen injusticias en la sociedad. “El arte no es un espejo para retratar la realidad, sino un martillo para darle forma” - Bertolt Brecht Ver todas las entradas