Por: Thelma Mejía
Tegucigalpa.- El último informe del Latinobarómetro señala que los latinoamericanos no tenemos que celebrar, al contrario, nunca como ahora las democracias se encuentran en riesgo. El apoyo a la democracia tiene síntomas de infarto, vamos a pique y vamos vertiginosamente. La región está en “coma diabético”, asegura la investigación.
En el caso de Honduras, el apoyo a la democracia pasó del 63 por ciento en 1997 al 34 por ciento en el 2018. La caída es preocupante, no digamos la confianza en los poderes y sus instituciones.
La corrupción, la impunidad, las decisiones erráticas, la desigualdad y la inequidad, entre otros aspectos, han hecho mella en la ciudadanía, cada vez más desencantada y cada vez con más ganas de dar la espalda a los procesos democráticos.
Cinco instancias que deben dar fortaleza y confianza a la ciudadanía, están entre las peores evaluadas por los hondureños. Son el Congreso Nacional, los Partidos Políticos, el poder Ejecutivo. El poder Judicial y el Tribunal Supremo Electoral. Las bases en donde descansan los cimientos de la democracia entraron en un franco deterioro, advierte el Latinobarómetro.
La confianza en los partidos políticos apenas es del 13 por ciento; el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con un 18 por ciento, el Gobierno (poder ejecutivo) un 25 por ciento; el Congreso Nacional un 21 por ciento y el poder Judicial un 22 por ciento.
Esos porcentajes de confianza dicen mucho, estamos mal y nuestras elites políticas parecen no entenderlo o hacerse los disimulados. Prefieren seguir con los pactos bajo la mesa, que entender que la ciudadanía se hartó de esas componendas, que busca esperanzas, que anhela sueños y que desea seguridad, empleo e identidad de País.
Al término de las mesas técnicas del diálogo político que promovió las Naciones Unidas, cuatro mesas se sentaron a buscar salidas a una crisis político post electoral que lejos de disiparse, se repliega, retorna y hace que el país tenga un panorama incierto.
La incertidumbre es lo único cierto en este país, y los datos del Latinobarómetro nos está diciendo eso, nos advierte de los riesgos por venir, pero nuestra clase política y los tomadores de decisión siguen mudos, construyendo mundos de fantasía que se les caen, y lo único en que se unen por intereses comunes, es en blindarse contra la corrupción, apoyarse en la impunidad. Esa unidad es visible, no necesita retratos, pero de vez en cuando, nos los difunden para que no nos olvidemos.
Se habla de consultas e incluso de constituyentes, con un tribunal electoral con apenas 18 por ciento de confianza, la misma que se lleva también el tribunal electoral de Venezuela. Vaya paradoja. En las mesas técnicas del diálogo político la transformación del TSE no pasó, el oficialismo se cerró y el tema pasa al seno donde el porcentaje de confianza es del 21 por ciento. Es decir, el Congreso Nacional.
En un suelto periodístico miraba que uno de esos nuevos partidos políticos, llamaba a una convergencia nacional para un gran consenso a fin de generar un pacto social antes de cualquier consulta popular. Leí con detenimiento cada línea y veía la fotografía de sus protagonistas. El hecho me causó gracia. El partido promotor salió untado en el caso Red de Diputados que investigó la UFECI/MP-MACCIH y que culminó con el archivamiento del caso mediante una reforma legislativa al presupuesto conocido como Pacto de Impunidad/Fe de Erratas. Si lo vemos en positivo, es una señal de “transparencia”, ¿no les parece? La impunidad permite esas y otras cosas más.
Así van los partidos políticos, viejos y nuevos, como si aquí no pasa nada. Para ellos que el nivel de confianza sea del 13 por ciento, les resbala, la “institucionalidad” los cobija, la “democracia” los necesita. El país según la ASJ, de noviembre de 2017 a la fecha, ha presentado un promedio de 65 conflictos sociales, cerca de 5.5 mensuales. La conflictividad social, advierte este organismo de sociedad civil, no va a la baja, al contrario, parece potenciarse.
Pero las elites políticas parecen enfrascadas en afianzar sus pactos bajo la mesa. Bien les dijo un importante banquero en un evento en Guatemala, en el marco de la cumbre iberoamericana: ustedes dicen que todo está bonito en Centroamérica, todo es una maravilla, pero están mintiendo. La región está caliente. Así vamos y así estamos.
-
Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas
Un comentario
Estimada Thelma, me parece un excelente articulo, bien fundamentado y valiente