Su nombre era Lesbia Yaneth Urquía y era una integrante activa del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh). Cuando aún está demasiado fresco en nuestras memorias el recuerdo de lo ocurrido con Bertha Cáceres—un crimen aún impune—, Urquía fue encontrada muerta la tarde de este miércoles en un lugar conocido como Mata Mulas, cerca del botadero municipal de Marcala, en La Paz.

Según detallan los medios, la víctima presentaba un trauma encéfalo craneal abierto que pudo haber sido producido por un objeto cortante, aunque otras versiones sustentan que fue asesinada a balazos. Ante el hecho, el cadáver fue enviado a la dirección general de Medicina Forense del Ministerio Público, donde se le realizará la autopsia.

De acuerdo con los testimonios de las autoridades policiales, Urquía salió de su casa el pasado martes después de las 5:00 de la tarde local en su bicicleta, pero al ver que no regresó, la familia comenzó a buscarla hasta encontrarla muerta en ese sector de Marcala.

Según un informe publicado en El Mostrador, el 2015 fue considerado el año con mayor número de asesinatos de activistas ambientalistas en la historia. En promedio fueron asesinados tres activistas por semana para un total de 185 en todo el año, indicó Global Witness o Testigo Global, una organización no lucrativa que se dedica a llevar estas estadísticas.

En el caso de Hunduras, el más destacado fue el de Bertha Cáceres en marzo y, semanas más tarde, el de Nelson García, quien también era activista del Copinh.