Abuso sexual contra menores migrantes en albergue de Arizona

Con información de AFP

Un trabajador de un albergue para niños migrantes en Estados Unidos enfrenta cargos de abuso sexual contra ocho adolescentes ahí recluidos hace dos años.

Levian Pacheco, que es VIH positivo, fue imputado de contacto sexual abusivo y abuso sexual contra estos jóvenes que tenían entre 15 y 17 años.

“Las acusaciones incluyen que el acusado tocó a seis de las víctimas en sus genitales sobre su ropa, y que realizó sexo oral a dos de las víctimas, así como intentó colocar el pene de una de las víctimas dentro de su ano. Se alega que él cometió estas ofensas con intención sexual”, señala un documento legal al que tuvo acceso la AFP este viernes.

Los abusos se realizaron entre el 29 de agosto de 2016 al 24 de julio de 2017, cuando Pacheco era un trabajador de cuidado juvenil de la Casa Kokopelli Southwest Key, en Mesa, Arizona, donde estos muchachos, que llegaron solos a Estados Unidos, fueron detenidos.

“Las víctimas estaban bajo la custodia, supervisión y disciplina del acusado”, indicó la fiscalía.

Pacheco, de 25 años, niega las acusaciones.

“Cualquier empleado acusado de abuso es inmediatamente suspendido y las autoridades son contactadas. Eso fue lo que pasó en este caso”, dijo a la AFP Jeff Eller, portavoz de Southwest Key, en un correo electrónico. “Educamos a cada niño bajo nuestro cuidado, al llegar a las instalaciones, sobre su derecho a ser libres de abuso o negligencia”.

Más casos 

Según el reconocido sitio de noticias ProPublica, que reveló este caso, otro trabajador de Southwest Key, Fernando Magaz Negrete, de 32 años, fue arrestado esta semana sospecho de haber abusado de una muchacha de 14 años, según medios de prensa local.

Magaz, que trabajaba en un albergue en Phoenix, Arizona, fue acusado de tocar sobre la ropa el área de los senos y la entrepierna de la víctima en el dormitorio que compartía con otras dos menores.

Otro empleado de la compañía fue condenado en 2015 también por un caso de abuso sexual.

“Nuestro foco será siempre la seguridad y los mejores intereses de cada niño”, dijo una portavoz de la oficina de niños y familias (ACF) del Departamento de Salud y Servicios Sociales.

“Estos son niños vulnerables con circunstancias muy difíciles y (…) asumimos nuestra responsabilidad con el mayor de los cuidados”.

La Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) detuvo el ingreso de menores a esa instalación y trasladó a los que ya estaban internados a otros albergues, e indicó que estaba colaborando con las autoridades.

Según ProPublica, Southwest Key, el mayor operador de albergues para jóvenes inmigrantes en el país, con sede en Texas, recibió 1.300 millones de dólares en los últimos cinco años, incluidos más de 500 millones para este año.

Varios de sus albergues recibieron a los miles de niños que fueron separados de sus familiares al cruzar la frontera como parte de una política de “tolerancia cero” del gobierno del presidente Donald Trump.

Uno de ellos, en Phoenix, fue visitado por la primera dama Melania Trump.

264 denuncias en 2017 

El gobierno de Trump ha insistido en que estos albergues son seguros e incluso divertidos.

Aunque algunos de los albergues de Southwest Key fueron acusados por inspectores estatales de maltratar a los niños.

Eller señaló que la empresa cumple con el chequeo de antecedentes de sus empleados y que los capacita en “su obligación legal de denunciar cualquier abuso o negligencia”.

Pero según ProPublica, el departamento de Salud de Arizona justamente señaló en 2017 que la empresa había reprobado el proceso de antecedentes y toma de huellas digitales para asegurarse que sus empleados no hayan cometido otros crímenes, incluidos sexuales.

Según el FBI, en el año fiscal 2017 (1/10/2016-30/09/2017) se registraron en esos centros para menores 264 denuncias de abuso sexual, de las cuales 53 incluyeron a un adulto.

Los compañeros de Pacheco desconocían su conducta, hasta que una de las víctimas habló con su maestra. El resto le siguió y contó su experiencia.

Uno de ellos contó que se estaba cambiando tras un partido de fútbol cuando el hombre entró y le dijo: “Mi amor, he llegado”. Acto seguido le agarró el pene y le dijo que “lo tenía grande”, según documentos citados por ProPublica.

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