Honduras reporta al menos 10,127 hectáreas de bosque consumidas por los incendios
Por: Redacción CRITERIO
Tegucigalpa. –Se cumple un mes con las medidas de confinamiento. El comercio informal aún desafía las prohibiciones. La violencia doméstica comienza a despertar. Un reconocido jugador de un equipo de la Liga Nacional fue capturado por violencia doméstica y este miércoles en Roatán, Islas de la Bahía, una mujer asesinó a su pareja.
Rubén Martínez tiene 39 años, es vendedor ambulante. Rubén vende chicles, confites y cigarros—pero lamentablemente para él—nadie quiere fumar, y es que, con este calor infernal que hace en Tegucigalpa, fumar tabaco ha dejado de ser una opción.
Rubén forma parte de ese grupo vulnerable a esta pandemia del Sars-Cov-02, pero ponerse en riesgo ante el virus no le importa porque tiene una familia que alimentar: tres hijos y su esposa. No le gustan las fotos. Dice que lo pueden molestar. Habla poco y mientras el sudor cae por sus sienes a sus mejillas y se pierde en el cuello abierto de una camisa azul, desteñida, tipo polo, se cuelga la faja en la nuca y luego sostiene su caja donde guarda su mercadería.
Son las 12 del mediodía y Rubén no ha comido. Ayer no logró vender mucho y este jueves parece que la historia se repitió. Pasaron las horas y no había vendido ni 50 lempiras, el equivalente a dos dólares.
Los periodistas nos sentimos como seres espaciales, pues las noticias ahora son en formato Covid-19, lejos del entrevistado y con mascarillas. Rubén lo notó.
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CORRUPCIÓN
El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) ha denunciado que en el gobierno de Honduras hay incapacidad y corrupción en el manejo de la pandemia.
A pesar de reconocer que nadie estaba preparado para esta emergencia sanitaria, el CNA asegura que “resulta inconcebible que el Estado de Honduras esté evidenciando incapacidad y debilidad en los procesos de adquisición y distribución de los insumos médicos y material de bioseguridad, mismo que se le debería proporcionar tanto a los pacientes que resulten positivo como al personal médico. El 22 de febrero de 2020, la primera aprobación millonaria de fondos fue por más de L. 110,000,000.00 y el primer caso confirmado se presentó hasta el 11 de marzo, siendo esto, un plan preconcebido para obligar las compras de emergencia y saltarse todos los principios de transparencia regulados en la Ley”.
INVESTIGACIÓN
Rubén vendía cigarrillos en la calle y renegaba por el descenso en sus ventas, pero desconocía sobre los actos de corrupción a lo interno de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco). Tampoco sabía que el Ministerio Público había iniciado una investigación desde el 4 de abril, pero de manera limitada porque uno de los pactos de impunidad, aprobados en el Congreso Nacional, le quitó esa facultad al ente investigador.
Es comprensible que Rubén desconozca todas esas cosas y mucho menos que sepa que la falta de rendición de cuentas y la transparencia son el talón de Aquiles de la administración Hernández, severamente cuestionada por la corrupción y sus vínculos con el crimen organizado.
En Honduras se conjugan miles de historias en esta cuarentena, que inició el 15 de marzo con la aprobación y aplicación del Decreto Ejecutivo PCM-021-2020, que estableció un estado de excepción y la suspensión de las garantías constitucionales, lo que ha servido de punta de lanza para los corruptos y violadores de los derechos humanos.
Pasan las horas y el gobierno va abriendo espacios para eliminar las restricciones de cierre de algunos negocios. El turno les llegó a las ferreterías, que este jueves abrieron sus puertas, dizque para promover la industria de la construcción. Al ver la flexibilidad, los taxistas también piden volver a trabajar. Proponen que su operatividad sea segmentada por el último número de la placa y prescindiendo del pasajero del medio, según nos explicó, Víctor Aguilar, miembro de la Asociación de Taxistas de Honduras (Ataxish), quien prometió que todos los ruleteros están dispuestos a respetar las normas de bioseguridad como el uso de mascarillas y de gel antibacterial.
Karla, las baleadas y Nasralla
Estamos en la quinta semana de la curva de contagio en Honduras. Nos encontramos con Karla. Ella tiene 28 años, dos niños y es madre soltera. Si la sobrevivencia para Karla ha sido difícil no digamos ahora, ya que a raíz de la pandemia su socia, en un puesto en uno de los mercados de Comayagüela, rompió la sociedad de diez años.
Ahora, obligada por la necesidad, ha salido a las calles a vender baleadas. Karla prepara rápido las baleadas porque teme que lleguen los policías municipales y le quiten su puesto en un punto estratégico, cerca de la Clínica del Diabético.
Mientras sirve una horchata y me cuenta de su vida, una camioneta Prado blanca se estaciona, al mismo tiempo se abren las dos puertas derechas. Era un agente de la Policía Nacional y Salvador Nasralla. El político y presentador de televisión descendió del vehículo vestido cómodamente con un short azul pálido, camisa blanca de botones y mascarilla azul. Nasralla llegó a una sala de belleza, tocó la puerta, le abrieron y entregó una bolsa. El agente policial que lo acompañaba se acercó para pedirme la credencial. ¿Para qué? Le pregunto…Pues para revisar contestó. La vio por ambos lados, me vio a la cara y me la devolvió.
Mientras, Karla entrega la horchata y cobra, ella no usa bien la mascarilla, parece le queda grande. Estará hasta las 10:30 de la mañana porque no tiene permiso y los de la alcaldía le pueden desarticular el puesto al que llega a las seis de la mañana.
Karla es de ese grupo que debe salir todos los días a pesar de la nueva enfermedad, porque si ella no trabaja sus hijos no comen. Ella y Rubén no se conocen, pero ambos conocen el hambre y aunque el Covid-19 podría ser mortal también podría serlo una hambruna en su casa, o peor, los gritos de sus hijos pidiendo comida.
Las filas en bancos y supermercados son menores, en los mercados la vida sigue: frutas, verduras, piscinas inflables y un ambiente de verano extraño.
Este jueves se permitió abrir a las ferreterías. La medida convirtió a las ferreterías en comercios esenciales, probablemente por la presión de los empresarios de este sector, ligados a la construcción de obras público-privadas. Los médicos consideran que es una mala idea, pero a pesar de ello, las ferreterías están abiertas, ofreciendo cemento, varillas o tornillos.
Nelson, otro vendedor de frutas y verduras me cuenta que no compra lechuga porque se marchita muy rápido. Nelson también usa la mascarilla debajo de la nariz, porque suda y es molesto, me cuenta.
El Covid-19 quedará en el recuerdo colectivo como otra crisis en la que la corrupción fue la regla. Entre tanto, las esperanzas de los hondureños por tener un país más justo y solidario se esfuman.
CAPA DE HUMO
El Distrito Central se esconde detrás de una densa capa de humo. No es para menos, los incendios forestales durante esta temporada seca se han elevado de 34 a 126 por ciento a nivel nacional, según el Centro de Coordinación de Emergencias del Cuerpo de Bomberos. Otra estadística importante es que, el 27 de diciembre, 31 de diciembre y el 1 de enero del 2020, el Cuerpo de Bomberos atendió 21 emergencias de casas, bodegasy negocios quemados.
En Honduras los incendios forestales son endémicos, sólo en el 2019 se reportaron 1,054 episodios a nivel nacional y las hectáreas consumidas, hasta el 6 de diciembre, se elevaron a 64,595.54. Según datos proporcionados por el jefe de la Unidad Forestal de Copeco, Pedro Barahona, el municipio más afectado fue Puerto Lempira, en el departamento de Gracias a Dios, con 24,372 hectáreas, lo que representa un 37 por ciento del área total (64,595.54 hectáreas).
En comparación al año anterior, este año la temporada ha estado así: al menos 10,127 hectáreas de bosque han sido consumidas a causa de los incendios forestales que se han registrado a nivel nacional.
Francisco Morazán es el departamento donde más siniestros se registran con 103, lo que representa 2,430 hectáreas consumidas, pero el departamento de Gracias a Dios es el que registra la mayor cantidad de áreas afectadas, con 4,358, pero los incendios han sido 22.
Además de Francisco Morazán y Gracias a Dios, se han registrado 13 incendios en Olancho, 15 en Choluteca, ocho en Comayagua y siete en Cortés e Intibucá.
Para el comandante del Cuerpo de Bomberos, José Manuel Zelaya, los incendios provocarán que los racionamientos del agua potable sean más severos debido al poco almacenamiento del vital líquido en las represas.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas
8 respuestas
A pesar de la crisis que vivimos hay personas que son lo peor de la humanidad cómo es posible que le prenden fuego a los bosques que dañan la naturaleza de nuestro país esta gente debería de pagar con la cárcel
Siempre para estas fechas pasa lo mismo
Y solo espero que ya hayan atrapado al pirómano
Que lastima que sigan estos incendios en el país, hay gente que es bien inconsciente porque ven lo que pasa en el país pero no se detienen en hacer daño
Esta situación es lamentable al menos ya se tienen a cuatro sospechosos de los que son posibles autores de los incendios que se han dado en nuestro país
Es lamentable que se estén dando estos incendios en el país tengo que proteger nuestros bosques
Es necesario que denunciemos a todos los pirómanos que provoquen incendios
Es una inconsciencia una barbarie una ignorancia una completa estupidez que las personas en plena crisis de este virus crisis de agua se encuentren incendiando Los bosques estas personas deben pagar por estos actos