Por: Redacción CRITERIO
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Una patrulla de la Policía Militar y otra de la Policía Nacional Preventiva chocaron entre sí, peleándose la titularidad de atender un llamado para presentarse a la escena de un delito.
Esta colisión, se da en el marco de la dualidad de funciones que se ha creado con la inserción de los militares en los programas de seguridad por parte del actual mandatario Juan Hernández, que ha militarizado la seguridad.
Son evidentes los resquemores y el malestar que existe entre ambos cuerpos armados, ya que los policías expresan su malestar porque a ellos no les dotan de un aumento salarial desde hace seis años.
Tampoco les dan uniformes, botas o municiones para poder realizar sus actividades de brindar seguridad.
La nueva policía militar ha sido dotada de vehículos nuevos mientras que a la policía los mantienen con viejas patrullas que se quedan y tienen que andarlas empujando.
Recientemente se hizo un contrato para el alquiler de unas 250 patrullas en una transacción denominada “el Patrullazo” y que ha sido duramente criticada por la ciudadanía y los organismos vigilantes de la corrupción imperante en Honduras.
Además se quejan que a la policía militar les han dotado de nuevo armamento e instalaciones con todas las comodidades, mientras los policías duermen en colchonetas y algunos en camas sin colchón.
Ya son varios los plantones que han realizado los agentes del orden protestando por la falta de pago pues no reciben sus salarios a tiempo y han manifestado que los anunciados aumentos se han quedado en eso: en anuncio, nada más.
