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A 616 kilómetros de la Plaza de la Constitución, en Guatemala, están las calles de Tegucigalpa, Honduras, que cada viernes a las 18 horas cobran vida. La indignación de los hondureños arde en las miles de antorchas que se encienden para exigir un alto a la corrupción, la renuncia del Presidente Juan Orlando Hernández y la instalación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH).
¿Se te hacen conocidas las peticiones? Desde el 16 de abril, la protesta social en Guatemala acompañó la renuncia del Presidente y Vicepresidenta del país y la investigación de serios casos de corrupción dentro del Gobierno y los partidos políticos.
Honduras está consciente de ello y por eso hablamos con una de las dirigentes del movimiento Oposición Indignada HN. Gabriela Blen tiene 27 años, es diseñadora gráfica y estudia leyes.
Se integró al movimiento en 2012 junto a otros jóvenes “empezaron los grupos a manifestarse, éramos diez personas y no pasaba nada”.
Pero fueron las intenciones del actual Presidente de modificar la Constitución de la República para lograr la reelección, las que empezaron a mover un poco más la espina de la indignación. Sin embargo, la gota que derramó el vaso fue una investigación que el Ministerio Público hizo y que llevaba a vincular al presidente en la sustracción de más de US$300 millones del Instituto Hondureño del Seguro Social (IHSS) “la mayor parte fueron a parar a la campaña del Presidente de la República cuando era Presidente del Congreso” explica.
Según menciona, el expresidente Porfirio Lobo también está involucrado “él dijo en un momento que ya sabía del robo del Seguro Social pero no dijo nada para no afectar la democracia”. Ahí fue cuando las redes sociales de los hondureños empezaron a agarrar fuego poco antes que las antorchas lo hicieran.
¿Cuándo empezaron a salir a las calles?
Primero fue en octubre de 2014 cuando la Corte Suprema de Justicia anula el artículo 239 que habla de la alternabilidad de la presidencia y permite la reelección. Empezamos a salir en Tegucigalpa y San Pedro Sula , nos paramos frente a Casa Presidencial con carteles que decían “No a los Corruptos”, “Presidente ¿cómo te vas a reelegir?” En los autos nos pitaban, pero éramos como 10 personas las que íbamos a pararnos.
Empezamos en redes sociales, las tiramos y nosotros pensábamos que iban a ser masivas, hasta pagábamos con nuestro dinero publicidad en las redes, pero llegaban 20 o 30 personas. Pero no desistíamos, seguíamos convocando cada 15 días o un mes desde 2014 hasta acá. En marzo o abril de este año continuábamos reuniéndonos con ese fin, trabajábamos desde la plataforma de la juventud de partidos políticos y de estudiantes, pero veíamos que los líderes de los partidos políticos no estaban respondiendo a la necesidad del pueblo de canalizar toda esa información.
Ahí fue cuando decidimos no volver a salir con la bandera de un partido. No parábamos de convocar, un día un ciudadano convocó también a una junta y llegaron como 200 personas, luego convocamos plantón afuera del Congreso y éramos como 100 personas y cuando nos dimos cuenta que éramos los de siempre de la foto, los mismos que protestábamos contra la reelección.
Entonces ¿cuál fue el detonante?
Decidimos hacer un plantón de las velas porque empezaron a salir a la luz unos cheques de empresas fantasmas que desfalcaron al Seguro Social y le daban cheques a fundaciones que se llamaban “Amigos de Juan Orlando Hernández”, cheques de cientos de miles de lempiras al Partido Nacional directamente.
El Ministerio Público publica un estudio que dice que hay cerca de tres mil muertes a causa del desfalco del Seguro Social, se empezaron a descubrir medicamentos sobrevalorados, se encontraron bodegas llenas de medicamentos vencidos por un costo de US$40 millones. Convocamos al plantón por las velas frente al Congreso, fue 22 de mayo y llegaron como 700 personas, esa es la primera vez que como jóvenes no teníamos ninguna representación política, decidimos quitarnos la camisa de los partidos políticos y quedarnos como ciudadanos.
¿Cómo recibió eso la gente?
Lo hicimos viernes a las seis de la tarde y llegó la gente que trabajaba, que estudiaba y que a esa hora ya estaba libre y entonces nos reunimos para la siguiente. Uno de los más jóvenes lanzó la convocatoria por redes sociales para la siguiente semana para salir con antorchas.
Para nuestra sorpresa llegaron como 100 mil personas, me acuerdo y se me pone la piel de gallina, yo jamás pensé que los hondureños tendrían esa valentía de salir a las calles. Cantamos el himno nacional y fue la primera vez que fue tan mágico, la gente tuvo ese sentimiento de patriotismo, civismo, lucha y esperanza. Vimos que era bueno y lo publicamos en redes sociales como Oposición Indignada HN.
¿Alguna vez pensaron que la convocatoria sería tan grande?
La primera vez nos preparamos para 500 personas y decidimos conseguir 500 antorchas y nos repartimos el gasto, dijimos que si solo llegaban cien personas no importa las guardamos (ríe). La siguiente ocasión la gente ya estaba vendiendo antorchas, hacía sus propias antorchas, antorchas de patio y las de todas las tiendas se agotaron. Cuando íbamos del Hospital Escuela a Naciones Unidas eso era impresionante, iban como cien mil personas, había gente desde la más humilde hasta los banqueros honestos que hay en el país. Gente de clase media, media alta y alta, fue impresionante.
¿Cuándo empezaron a hablar de la CICIH?
En la segunda convocatoria fuimos a la casa de las Naciones Unidas a pedirle por primera vez una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras. Para que venga la CICIH el Estado debe pedirla a las Naciones Unidas y nuestra lucha es que eso sea. Ahorita Honduras está pasando por un proceso de selección de magistrados en la Corte Suprema y también es fundamental influir ahí porque sin una Corte Suprema transparente que durará siete años en Honduras, no va a ser posible que una CICIH haga su trabajo. Si este gobierno no lo pone, el otro gobierno está obligado a hacerlo.
¿Ha habido intentos de represión por parte del Gobierno?
Si. En la cuarta movilización Ariel y Miguel se unen a una huelga de hambre frente a Casa Presidencial eso hace que la gente se identifique más y en esa movilización se calcularon unas 350 mil personas en Tegucigalpa, ni la cuarta parte de la movilización logró llegar a Casa Presidencial. Era increíble, habían retenes militares parecía que habría una guerra en Honduras, habían tanquetas y patrullas por todos lados con tal de infundir miedo, pero eso a la gente no le importó y salió.
Nosotros logramos contener la movilización para que no hubiera violencia porque el Presidente tenía cerca de 2 mil militares en las calles, policías, antimotines y francotiradores en los edificios, una cuestión absurda porque la gente iba a las movilizaciones con sus bebés en brazos, ancianos, personas en sillas de ruedas, gente con sus mascotitas, era una feria, un carnaval. La gente estaba indignada, pero se sentía segura de andar en las calles protestando.
¿Cómo maneja el Presidente su imagen a pesar de todo esto?
En Honduras nunca se había hablado de corrupción ni impunidad, a pesar que tenemos una impunidad del 96 por ciento de los casos. Pero el Presidente tiene una campaña publicitaria increíble, usted enciende la televisión y lo primero que ve es al presidente entregando bolsas de comida, entregando techo, totalmente paternalista, asistencialista y populista, y eso indigna más a la gente.
Por ahí anda una fotografía donde está regalando confites (dulces) a los niños por el Día del Niño y la envoltura del confite es de lujo, más cara que el propio caramelo y con el nombre de él. También es conocido como un mentiroso compulsivo, solo como ejemplo, hace unos meses hubo un derrumbe en una mina y él en su twitter escribió, “Que bendición haber visto a los mineros salir con mis propios ojos” y él ni siquiera estaba ahí.(Diariodigital.gt)