Tegucigalpa.- Las estructuras productivas de Centroamérica y República Dominicana tienen poca capacidad de generar un alto efecto multiplicador de empleos entre sectores y entre países, según el Sexto Informe Estado de la Región.
Dichas estructuras derivan de las actividades económicas generadas de una gran cantidad de sectores con bajo multiplicador del empleo, que a la vez tienen mucho peso en la producción.
Por ejemplo, el sector servicios, cuyo nivel de producción destaca entre los países de la región por oscilar entre el 25% y el 41%; el sector construcción, que destaca en Panamá (13%) y República Dominicana (13%); y el sector agro, que sobresale en Nicaragua (15%) y Honduras (10%).
Un análisis hecho a partir de la creación de la primera matriz productiva de la región, Matriz Insumo Producto, con datos del 2011 y homologada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), permitió concluir, también, que el crecimiento del empleo responde de manera limitada ante expansiones en la economía.
Empleo y economía.
La investigadora Marisol Guzmán Benavides explica que el efecto multiplicador del empleo ocurre cuando “por cada persona contratada en un sector, debido a una mayor demanda de sus productos o servicios, crece la demanda laboral de otros sectores”.
En Informe destaca que Costa Rica y Guatemala carecen de sectores con alta capacidad de multiplicar empleos, mientras que Honduras y Nicaragua son los que tienen la mayor cantidad de producción generada a partir de dichos sectores: 10% y 15%, respectivamente. Además, los sectores que más empleo generan no necesariamente son los que más aportan a la economía centroamericana y dominicana.
“Este comportamiento varía entre países, pero en términos generales sucede porque mientras algunos sectores requieren más recurso humano para elaborar sus productos o entregar servicios, otros menos intensivos en este recurso logran valorar mejor en términos económicos sus productos o servicios”, apunta la investigadora.
Los servicios son el principal sector económico de la región, pues concentran más del 70% de la mano de obra en República Dominicana, Panamá y Costa Rica; más del 50% en Honduras y El Salvador, y alrededor del 40% en Nicaragua y Guatemala. Encadenamientos.
La investigación concluye que la estructura productiva de la subregión centroamericana se caracteriza por contar con un alto nivel de encadenamientos productivos. Sin embargo, hay pocos sectores clave con la capacidad de potenciar el crecimiento entre sectores productivos e impactar el crecimiento económico nacional.
“Los encadenamientos productivos reflejan tipos de relaciones comerciales entre sectores y lo que observamos en la región es que, a pesar de tener importantes niveles de encadenamiento, la mayoría de estas transacciones, entre el 48% y 73% dependiendo del país, son menores al millón de dólares”, señala Guzmán Benavides.
El Informe advierte que Centroamérica y República Dominicana tienen un desafío por resolver: la escasa relación entre el crecimiento del sector productivo y el empleo. Es fundamental, dice la experta, que las políticas de fomento productivo sean focalizadas por sector, tomando en cuenta “que algunos países han logrado consolidar industrias con gran potencial de crecimiento e incluso innovación, pero coexistiendo con sectores rezagados en materia de productividad”.
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