Además junto a médicos garífunas han desarrollado brigadas médicas en las comunidades de su etnia ante el abandono estatal después de los huracanes Eta e Iota y de siempre
Por: Redacción CRITERIO.HN
redaccion@criterio.hn
El Progreso, Yoro.- Las comunidades garífunas de Honduras fueron afectadas severamente en distintos sectores, entre ellos, La Mosquitia (ubicada en la zona oriental y que se extiende hasta el noreste de la frontera con Nicaragua), pero también las comunidades garífunas de la zona del Caribe, y, además, existen reportes que indican que muchísimas familias garífunas que están asentadas en la zona del Valle de Sula (zona norte) lo perdieron todo.
Las propias comunidades garífunas, a través de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh), han decidido ser solidarios y rescatar a su pueblo ante el abandono y la corrupción del Gobierno de Honduras.
“Tenemos un ofrecimiento de Ofraneh que consiste en que la comunidad garífuna de Vallecito, una tierra con más de 2 mil manzanas de tierra que está ubicada el municipio de Limón, del departamento de Colón, en donde hay más de 25 casas, una escuela, un kínder, en donde ofrecemos a garífunas del Valle de Sula que mientras hacen sus recuperaciones puedan analizar la posibilidad de vivir en Vallecito. Queremos construirles su casita, sus niños irían de manera gratuita a la escuela, con alimentación gratuita, lo único que tendrán que hacer es participar de actividades en tierra para cultivos”, dijo este sábado a Criterio.hn el doctor Luther Castillo Harry.
Castillo Harry piensa que “las ratas han huido en medio de este desastre”, en alusión a los gobernantes de Honduras de quienes dice han dejado a la intemperie al pueblo garífuna, pero no solo eso, en medio del desastre, denuncia que muchos políticos han pretendido sacar lucro de esto al convertirse en mercaderes de la miseria, es decir, que ellos mismos han cultivado el desorden para cosechar luego el proselitismo político.
El médico reportó que, en la comunidad garífuna de Corozal, ubicada en la costa norte de la ciudad de La Ceiba, personal del Gobierno de Honduras regaló una ropa en mal estado, lo que provocó que la gente los echara del lugar.
“Lo correcto debe ser ayudar y no ir a botar la basura a las comunidades. Ahí llegó un representante del gobierno a repartir bolsas de basura. Llegó custodiado por ocho militares. Lo que gastan en proteger a estas personas se puede utilizar para regalar ropa digna”, lamenta Castillo Harry.
La ausencia del Estado de Honduras, tanto en la parte preventiva como en la parte reactiva, ha provocado una ola de indignación y de desprecio hacia la figura de Juan Hernández y de todo su gabinete.
“Están haciendo campañas cuando la gente ha sufrido los embates de la crisis económica. Es condenable y da rabia, ver a estos mercenarios llegar con miserias solamente para tomarse una fotografía. Dan ganas de llorar cuando uno pasa por El Progreso, Yoro, y ve mucha gente en los puentes y en las medianas de los bulevares. Se ve todo eso. Pero también causa rabia. Se puede hacer comparaciones con los países vecinos que hacían evacuaciones, pero estos incitaban a vacacionar en la semana morazánica. Son dignos de un estado fallido, colapsado, carcomido por un cáncer metastásico de la corrupción. La gente no puede creer en este gobierno si no hay transparencia, sin proveer información científica”, comentó el galeno.
Luther afirma que muchas comunidades garífunas ya se encontraban en condiciones difíciles en el marco de la pandemia, pero esto se ha agudizado a raíz de los fenómenos meteorológicos. Debido a eso ahora hay comunidades enteras que han sido inundadas por completo por las aguas, algunos mantos de las lagunas y ríos han provocado muchos daños.
Las comunidades costeras garífunas más afectadas, están ubicadas en el norte y oriente, partiendo desde La Mosquita, entre ellas, la comunidad de Pueblo Nuevo en donde hubo grandes problemas por inundaciones, la costa de Tocamacho, además hay reportes de zonas afectadas en Santa Rosa de Aguán, Iriona, Buena Vista, Punta Piedra, Limón, todas estas del departamento de Colón.
“La gran preocupación es que ellos tienen una agricultura de subsistencia. Estos huracanes han arrasado con los plátanos. Mucha de la base de la alimentación es a través de la yuca, ya que el casabe es una base alimenticia de las comunidades garífunas, las plantaciones son sensibles al agua, estas inundaciones provocan que al tercer día se pudra la yuca. Muy pronto habrá complicaciones de seguridad alimentaria en estas regiones”, agrega Luther Castillo quien detalla que también el turismo fue afectado, ya que en zonas como Corozal “hay negocios que estaban cerca del mar resultaron afectados porque el agua llegó arriba”.
El médico hondureño cuenta que ha estado haciendo labores con la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh), a través de brigadas en los albergues ubicados en sectores como Ciudad Nueva en San Pedro Sula, departamento de Cortés, zona norte del país.
La solidaridad se ha visto en estos sectores, dice Castillo, porque hay algunas casas de garífunas del Valle de Sula que alojaron en sus viviendas hasta cinco familias, es decir, que ahora están habitando en un mismo lugar entre 15 y 20 personas, lo que representa un problema alimentario y de hacinamiento. “Estas personas recogen los alimentos en la oficina que habilitó Ofraneh”, comenta Luther Castillo.
Concluye que todas las personas que han buscado solidaridad en sectores como La Satélite, Rivera Hernández, el asentamiento Alfonso Lacayo, han recibido apoyo de distintos garífunas que han viajado de diversas partes, incluyendo Tegucigalpa, en donde se recaudaron víveres. “Reconociendo que solo el pueblo salva al pueblo. Médicos nuestros se desplazan para atender a muchísimas personas que tenemos en nuestras casas”.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas