Por: Redacción CRITERIO
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Tegucigalpa. – La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), presentó este miércoles su informe sobre derechos humanos en Honduras basado en los hechos de periodo post fraude luego de las elecciones de 2017 donde Juan Hernández se reeligió, además de ilegalmente, a través de un fraude.
Reina Rivera defensora de derechos humanos, manifestó que hay que recordar que es el informe de Michelle Bachelet ya que primero es revisado y autorizado por ella y por el gobierno de Honduras.
Por el nivel de fuerza del informe, Rivera es del concepto que el gobierno reaccionará de manera negativa y en especial las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, porque el informe señala que hay patrones instalados en las instituciones para la comisión de violaciones a los derechos humanos.
Señala además que esos patrones no son actos aislados y que por estos patrones perdieron la vida un sinnúmero de hondureños que en los datos de la OACNUDH suman 22 personas y en las estadísticas de las organizaciones defensoras de derechos humanos sumas mas de treinta hondureños y hondureñas que fallecieron a manos de los cuerpos represivos del Estado y otros quedaron con lesiones permanentes y otras con lesiones muy graves.
El informe revela también como el sistema de justicia se presta para la impunidad en estos casos. Y puso como ejemplo como el Ministerio Público selecciona los tipos penales: para una lesión grave que pudo haber generado la discapacidad de una persona y señaló el caso de una persona que ahora padece de apoplejía que fue señalado por el MP como abuso de autoridad y no como lesiones graves o tentativa de homicidio.
Rivera agregó que, el informe caso por caso evidencia como el Ministerio público y el poder Judicial actúan protegiendo a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional en sus diversas manifestaciones.
La OACNUDH gira recomendaciones para estas instituciones, peros estas son muy útiles para la instalación y el sostenimiento del Estado violento que impera en Honduras y para lograr que esas recomendaciones se implementen debe haber una fuerte presión de la hondureñidad, de las organizaciones de derechos humanos y de la cooperación internacional.
