Ceteris Paribus
Por: Julio Raudales
Es imposible dejar de consternarse ante la situación que vive el país. El momento es complejo, quizás el más difícil que hemos enfrentado en lo que va del siglo ¡Y ya hemos tenido bastantes!
Los griegos solían decir que los dioses castigan a los gobernantes “secándoles los sesos” y parece que la advocación cuadra bien para los actuales momentos en Honduras.
Escuchar al Ministro de Seguridad y al jefe de la Policía vociferar de manera amenazante, que “no habrá tolerancia y que la orden será reprimir a manifestantes”, independientemente de que el derecho a la protesta esté garantizado en las leyes y la disparidad en las fuerzas sea más que obvia, parece una prueba irrefutable de que entramos sin decoro al imperio de lo irracional.
Lo acaecido el pasado lunes 24 en los predios de Ciudad Universitaria es muestra elocuente de la barbarie en que hemos caído.
Centrar la discusión en la tesitura que debe tener el concepto de “autonomía universitaria” no es más que enchufarnos a un distractor del problema central. Aun bajo el entendido de que autonomía no implica soberanía, ningún cuerpo armado está autorizado a allanar un espacio público o privado sin orden judicial. Así lo dictan las leyes que tanto desprecian quienes deberían de ser ejemplo de obediencia.
Pero el asunto está mucho más allá. Luego de 3 años de dolorosa confrontación (2015-2017), la UNAH ha logrado, bajo la administración prudente y siempre abierta al diálogo del Rector Francisco Herrera, un proceso de distención y apertura que ya le permite avizorar la normalización institucional, tan necesaria para consolidar su reforma.
De tal manera que la problemática que impide el desarrollo normal de las actividades académicas, por esta vez no obedece a situaciones internas y más bien trasciende a los problemas nacionales, a los cuales, evidentemente la UNAH no debe ser ajena.
Pero hace falta vivir mucho y ver varios lugares del mundo, para encontrar uno en el cual un contingente policial armado para la guerra, osa hollar un campus estudiantil plagado de estudiantes desarmados, creando desconcierto entre quienes solo buscan en el campus, el conocimiento necesario para garantizarse un futuro más luminoso que el actual.
Aun en caso de justificarse el ingreso aduciendo flagrancia, no hay excusa ninguna para hacer disparos y herir personas. La Universidad ha sido y debe seguir siendo un espacio de luz, cuyas armas son las hipótesis, los hallazgos del laboratorio, las tesis y antítesis para generar debate, esa batalla de las ideas que ha convertido el mundo en un lugar mejor para vivir. Eso debe ser la UNAH, justamente lo contrario de un batallón.
Y es que la ciencia debe ser siempre el espacio de discusión entre la emoción y la razón. El problema es que la emoción ha tomado la ventaja en este último tiempo. Prueba de ello es el populismo, el odio descalificador y la desconfianza que llenan el ámbito de lo público en nuestro país. Se apela a lo visceral como forma de movilización social y herramienta de activismo.
¿Qué pueden hacer la ciencia y la ilustración para enfrentar la avalancha de emocionalidad irracional de nuestro tiempo? Tenemos problema: la ciencia tiende a ser la postura moderada, razonable, que exige crítica y duda, por lo que es muy difícil contraponerse a aquellas posturas que ven lo político de forma cierta, llena de seguridades.
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La ciencia debe comprender al ser humano en toda su complejidad emocional. Debe entender que no solo somos raciocinio, sino también sentimientos. De lo contrario, puede verse incapaz de comprender correctamente lo humano. Con la promesa de progreso, libertad y autonomía, la ciencia debe enfocarse en emociones como la confianza y la esperanza, pero sobre todo de la autoestima de la gente.
Los académicos debemos proveer el conjunto de ideas que conecte con los afectos y al mismo tiempo, ser el mecanismo de control de la pasión desenfrenada promovida por quienes ven en la irracionalidad y la fuerza bruta, el cumplimiento de sus abyectos intereses.
Es por ello por lo que exigimos: ¡Nunca Más! No vuelvan a convertir nuestra amada Alma Mater en un espacio de tinieblas, como lo fue el pasado lunes. Déjennos volver a iluminar esta sociedad con la única luz que cambia vidas: el conocimiento, el arte y la cultura.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
2 respuestas
#melincuentes
SEGURA MILITANTE DE ESE FRENTE UNIDO, RESPONSABLE DEL ATRASO, PERSECUCION Y MUERTE EN LA DECADA PERDIDA DE LOS 80’S. EN EL FRENTE ESTABA CERVEZA HELADA, EL BEMBON, EL QUE SE DABA EN LLAMAR “EL RECTOR MAGNIFICO”.