Por: Carlos Zelaya Herrera
La descomposición de los problemas sociales y el caos que en estos días imperan en Honduras rebasan los niveles de gobernabilidad, tal como evidenciaron disturbios en la capital y otros sectores del país.
Diferentes hechos detonan a esta altura del año en que la suma de la rebelión en la escala básica de la policía, paro en el transporte pesado, desabastecimiento de combustibles, conflictos en Salud y Educación con toma de carreteras y grandes manifestaciones populares, ponen en contraste lo que sucede en Venezuela, Haití y Nicaragua.
En una perfecta analogía al efecto de bola de nieve, el panorama nacional recoge un cúmulo de insatisfacciones cuyo punto de inflexión podría ser el golpe de estado del 28 de junio de 2009, que derribó al gobierno del ex presidente liberal, José Manuel Zelaya Rosales; la reelección dudosa del gobernante en funciones.
Luego sucedieron dos procesos electorales manchados de fraude electoral que consolidaron a la dictadura pese a los cuestionamientos de la Organización de Estados Americanos, OEA, la Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea, que recomendaron urgentes reformas políticas, que a final de cuentas se mantienen congeladas en el Congreso Nacional.
Luego vinieron masivas protestas de los Indignados, que en 2015 se tomaron las calles en varias ciudades para exigir fin a la corrupción y una Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad, auspiciada por Naciones Unidas, a la que el gobierno respondió con el convenio con la OEA para dar vida a la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras, MACCIH.
La insatisfacción se acrecentó con el protagonismo de las manifestaciones poselectorales del 2017; sin embargo, el diálogo político invocado no resultó tangible, en un nuevo fracaso para la dictadura orlandista.
Eventos constantes, el alza constante a la energía eléctrica y los combustibles, que inciden en el costo de la canasta básica; el conflicto en salud y educación mantienen viva la llama de la Plataforma para la Defensa de la Salud y Educación, que recoge el interés general por el acceso a una educación y salubridad gratuita y de calidad.
Después de más de un mes sin solución, detonan otras demandas sociales ocultas por otros conflictos y reclamos acumulados, como el de comunidades opuestas a la minería, proyectos hídricos; además de impunidad y corrupción arrastradas tras la asonada golpista contra Manuel Zelaya, evento traumático persistente en el imaginario colectivo como punto de inflexión de la crisis actual.
A esto se sumó el paro del transporte pesado, el de busitos ejecutivos, por tanto, asesinato de sus operadores y al que se le incumplió el compromiso de mejorar ciertas condiciones, brotes de rebeldía en la escala básica de la policía, que en un comunicado público demandan aspectos económicos incumplidos desde el año pasado, fin de la represión al pueblo, cansancio por el uso excesivo de gas lacrimógeno y persecución contra los manifestantes.
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Estos y otros elementos generan condiciones que parecen conducir al país al despeñadero y por fin, por qué no, a que en la voz populi cobre sentido y más fuerza aún el lema del rechazo popular, el “fuera joh”, que hoy enardece y se escucha en todo el país.
Hoy con más fuerza que nunca Honduras demanda de un cambio político y social profundo y con interlocutores que tomen decisiones oportunas, valientes y necesarias para que el mal no sea aún mayor e irremediablemente irreparable.
La memoria de conflictos civiles armados en Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Colombia están a la vuelta de la esquina y el país no necesita llegar a eso para lograr entendimiento y consensos que lo liberen de una dictadura que se empotró por la fuerza y parece que quisiera llevar al país a una guerra civil, aunque para algunos la vía armada es el remedio de un mal que no tiene 100 años y el cuerpo social ya no lo resiste más.
La crisis según Albert Einstein, es que “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. … Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía…”.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
7 respuestas
Hay lugares que los bancos cierran temprano… Comercios trabajando a medio vapor… Y las obligaciones?…. Necesitamos urgentemente la salida de JOH…. Solo así vuelve la calma.
Fuera JOH
Paren de sufrir ombe ese señor no lo sacan así por así ?????
C҉̟̜̫̑̀̆͜͠l҈͈̫͇҇̈́̃͢ą̴͙̜̫̪͍̝͔̖͗̋͛͡ṟ̴̢͇̬͓͓͓̫͎́̍̈̄̅̑̐͒̕k̴̢̛̪̖͖͈̫͍̤̊̑d̵̜̲̝̭̭͓̑̆̑͜͞ḁ̸̣̑̃͜͡l̷̢͎̠̎̀͊̒̕è̸̢̯̲͎̜̤̾̀̿͞ W̷͙̭͎͇̱͚͓̾̌̓̕͢h̷̡͔͍҇̎̽̄̿̋̓̀̏i҈̢̖̳̾̒̌͑͆͞s҈̣̖̖̝͇͐̅̐̅͢͝t̶̳̞̖̝̲͛́͐͜͝l҈̨͖͖̰̞̲̬̇̀̅̈́͠é̷͈͓͂͌͐̿̔͛͜͞r̵̦̪͇̫͂͊͜͞ que detallazo de collage gracia
Eres un gran amigo ya días quería hacer eso
Carlos Roberto Amador Cra usted cobre su sueldo compa ..que nada es para siempre
Paraca?, es más amigo ud no existe por que tiene perfil falso