Por: Oscar Miguel Marroquín
Llegaron metralla en mano, capturaron, torturaron y luego asesinaron a Mario Enrique Suárez y Gerson Daniel Meza, poco después una hipócrita declaración afirmando que la Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional FUSINA se encargaría de investigar este asesinato, nunca lo hicieron, nunca lo harán, porque sencillamente nos hemos especializado en dejar hacer, dejar pasar y a la velocidad de la luz olvidamos.
Eso lo saben los asesinos, los militares, los jefes de policía, la dictadura.
Medios de comunicación tarifados y no tarifados pusieron fugazmente la noticia en el aire luego todo quedo en el olvido; de igual forma políticos que dicen defender EL DERECHO A LA VIDA también montaron su circo, pensando como siempre en el crédito político que sus falsas declaraciones sobre este asesinato podrían dejarles para la próxima campaña electoral; otros aprovecharon la ocasión para justificar el asesinato, en fin, todos olvidaron ya, semejante violación al DERECHO A LA VIDA.
Para decirlo un poco más claro, nosotros también formamos parte de la impunidad.
La impunidad es lograda por los asesinos, corruptos, narcotraficantes, cuando perdemos la capacidad de reclamar justica, cuando el dolor del otro no es nuestro dolor; somos cómplices de la impunidad cuando no enarbolamos la bandera del DERECHO A LA VIDA, somos cómplices también cuando borramos de nuestra memoria el nombre de los asesinados, torturados, desaparecidos, perseguidos o reprimidos.
Hasta el sol de hoy no se ha visto una gigantesca protesta en las calles para reclamar a la dictadura los resultados de la investigación sobre este asesinato, que como otros tantos ya forman parte inevitablemente de la impunidad; en palabras poco más sencillas, el silencio de profesores, estudiantes universitarios, partidos políticos de oposición, sindicalistas, defensores de derechos humanos e incluso de aquellos que dicen ser medios de comunicación no tarifados, es la garantía para que los criminales que forman parte de los escuadrones de la muerte queden en impunidad.
La muerte violenta a manos de los escuadrones de la muerte no es un accidente de nuestro diario vivir, es una acción que conlleva alevosía, premeditación y ventaja, además es una flagrante violación al DERECHO A LA VIDA, por lo tanto, es fácil concluir que estas acciones son llevadas a cabo desde el poder político instituido ahora en una dictadura que no permite la protesta social.
Creo de manera particular, que debemos terminar de una buena vez y para siempre con la impunidad, esa es una tarea pendiente e histórica de toda la sociedad.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas