Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
Un nuevo episodio de la ya vista farándula de sillas musicales se escenifica en la Casa Blanca, sede del poder ejecutivo de los Estados Unidos. Que quizás fuera intrascendente, de no ser porque se trata de la mayor potencia del globo. Hace meses el General Kelly lleva a cabo una purga destituyendo a decenas de miembros del equipo cimero, ideólogos como S. Bannon, activistas como la Omarosa, aun parientes y en cambio, tratando de proteger al consejero Rob Porter cuando dos ex esposas mostraron que era abusivo.
Esta semana además dimitió Gary Cohn el Consejero Económico presidencial de mayor rango, en protesta porque Donaldo se sacó de la manga nuevas medidas proteccionistas contra la importación de acero y asimismo renunció Hope Hicks, la tercera Directora de Comunicaciones del Presidente, un puesto que, por enésima vez, queda vacante. Pero sin duda lo más trascendente es el despido intempestivo y no explicado del Secretario de Relaciones Exteriores Rex Tillerson, cuando andaba de gira. (Se dice que el mismo Kelly esta en alitas de cucaracha por su torpe defensa de Porter y por los celos monstruosos de D. Trump.)
No está perfectamente claro por qué despidieron a Tillerson. Aunque era inicialmente un típico miembro de la Administración del tío Donald, hombre de negocios, muchas veces millonario absolutamente desinteresado en ideales y otras normas. La verdad es que desde hace muchos meses entraron en conflicto el Presidente de EUA y su primer Canciller, que fingía demencia
Tillerson había sido Chief Executive Officer de la Exxon, una de las transnacionales más grandes y estaba, según los entendidos y protocolos de ese mundillo, a meses de llevarse a un tranquilo retiro 180 millones de acciones, cuando Trump (a quien había apoyado) le ofreció la Cancillería. Y como es lógico, prefirió el hype potencialmente riesgoso de ser ministro. Mal paga el diablo a quien bien le sirve. Trump comenzó ampliando la diplomacia presidencial, al tiempo que reducía el presupuesto del Departamento de Relaciones Exteriores, obligó a recortes drásticos de personal técnico que lideraba una diversidad de programas, supuestamente en una reorganización, empujó a la renuncia de buena parte de los diplomáticos mas calificados y profesionales y nombró a políticos en puestos de carrera exterior.
El Vice Goldstein, también destituido horas después, había dicho antier que Tillerson estaba tan satisfecho con los avances que pensaba quedarse larga, indefinidamente, y no sabia cuales eran las razones de su despido inconsulto. Pero seguramente Don Rex lo veía venir con claridad y en un par de ocasiones hizo saber que se iba a retirar mejor, preventivamente. En particular después de que se filtrase su expresión de que Donald es un imbécil, a moron. El debió saber que a la trascendencia de ese insulto no se le podía sobrevivir y si no lo sabia, el tarado era él.
Trump declaró hace un mes que su Canciller perdía el tiempo con la diplomacia y tomó decisiones y dio declaraciones o escribió mensajes públicos que contradecían o desechaban la labor del Secretario y se burlaban de él. Mientras que éste desestimaba los nombramientos políticos que le mandaban de la Casa Blanca.
No lo dejó, en todo caso Donaldo, salirse con la suya a Rex, ni por supuesto retirarse con dignidad. Quizá dispuso que tardaba mucho. Puso a Kelly a llamarlo para notificarlo destituido desde el viernes pasado que el Canciller andaba fuera. Se negoció que se publicitaría el asunto al regresar este a Washington. Lo dispuse yo solo, declaró Donald alardeando. Me llevaba muy bien con Rex, pero es otra forma de pensar, mindset. El Martes 13, en efecto trascendió, como para rematar la humillación un tuit presidencial anunciando que Mike Pompeo será el nuevo Canciller y Gina Haspel, hoy la Sub la nueva directora de la CIA.
Tillerson hizo su propio anuncio sin agradecer. Ni explicar nada. ¿A quien le podría decir que cosa? Y en efecto la destitución da lugar a nuevos nombramientos. Aunque no la tienen del todo segura los tuit-nominados porque hay también un haz de republicanos que se opondrán y porque los márgenes de votos son estrechos. El también conservador líder Republicano, Senador de Kentucky Paúl Rand ha dicho que se opone y no es el único a Pompeo porque ha sido manifiestamente guerrerista y a Haspel porque se le ha documentado su deleite con el uso de la tortura. También ahí ha comenzado la campaña y Trump tiene rivales.
Académicamente el Canciller propuesto, Pompeo esta bien calificado. Se gradúo de West Point como mejor alumno de su clase y de la U. de Harvard, es un ex militar veterano (como el propio Kelly) de la Guerra del Golfo, y hasta el día de ayer ha sido Director de de la CIA, con lo cual sabe todo, incluso que lees este articulo lector. También es un hombre con un perfil típico. Que ha hecho una pequeña fortuna vendiendo partes a la industria militar y equipo para la industria del petróleo, asociado a Industrias Koch, que también contribuyó a su iniciación política con casi cien mil dólares de donación a su exitosa campaña para diputado de Kansas, remotísimo lugar añorado del Wizzard of Oz. La segunda empresa familiar más grande de la Unión, Industrias Koch del sector petrolero, vinculada a la mas rancia tradición conservadora, de la J. Birch Society, el sector más radical del Partido Republicano, el Partido del Te, con un credo racista y anti ruso. Mismo con que hoy ¡se justifican sanciones contra Rusia por ayudar a Trump!
El recambio en el gabinete no va a alterar mucho la política de EUA hacia Honduras que ha sido largamente bipartidista y condescendiente. La democracia (suficientemente condicionada) es buena para ellos, para nosotros, según ellos, es mejor el dialogo. Pero una principal razón que se insinúa para la destitución de Tillerson es el tema de Venezuela, que nos atañe a los latinoamericanos y quizas a Honduras más que a otros. Mientras que Tillerson intentaba preparar un teatro diplomático para el aislamiento de Venezuela, Trump ha insistido que no renuncia a una opción militar para llevarle democracia a ese país. A diferencia también de lo que dijo Obama y cree una mayoría, el Canciller propuesto Pompeo ha declarado una y otra vez que Venezuela es una amenaza para la seguridad de EUA, igual que Kelly, que viene de dirigir el Southcom, y la Agencia Nacional de Seguridad. El último recambio es un triunfo y un avance de los halcones. Sigo pensando que es bufonada de los gringos, demasiado inteligentes para meterse a una primera guerra latinoamericana, que sería el principio de su fin. A Trump lo debe preocupar la derrota inesperada en Pennsylvania en el momento en que su popularidad repunto a 35% y anunció un Jefe de Campaña para su reelección. Las bufonadas tienen sus propias exigencias. Hay que saber gruñir y escupir para que la gente crea cuando el gorila se golpea el pecho y aúlla. Rex no sabía.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas