“El ejército se haya reducido en el día a un pequeño número, porque la fuerza que es el sostén de otros gobiernos, se hace insignificante y aún perjudicial en una república que se conserva por la opinión general de sus habitantes”
Francisco Morazán, mensaje al Congreso federal del 12 de marzo de 1831
Por: Edgar Israel Soriano
En los primeros días de febrero de 1904 el Congreso Nacional de Honduras experimentó acalorados debates ante la carrera militarista del régimen del presidente Manuel Bonilla que ya había cobrado la vida de varias personas y un feroz hostigamiento a los opositores. Luego de las intensas discusiones el 8 de febrero de ese año la policía montada irrumpió el hemiciclo al mando del estadounidense Lee Christmas. Al final de ese día los diputados opositores fueron encarcelados ante la satisfacción de los oficialistas, como parte de las tradiciones suspiros de triunfo y la burla contra los enemigos. 110 años después los orgullosos descendientes políticos del general Manuel Bonilla apelan a la tradición, “reventarse” a los opositores y arrinconarlos a una minoría. Embriagados de poder con sonrisas de oreja a oreja, disfrutan cuando reprimen a la gente, el mismo titular Mauricio Oliva dijo, que les iban a “quitar la tos” a los manifestantes con gases lacrimógenos.
Cómo ha logrado imponerse el régimen que dirige el partido Nacional, no es nada difícil de entender, simplemente se tiene que echar una mirada a los últimos 9 años. En se periodo un golpismo amenazado y violento contribuyó a forjar una estrategia impositiva encaminada a destruir a la resistencia y para ello pactaron el entramado jurídico para darle continuidad al tradicionalismo fundamentalista y carente de apertura a los rezagados cambios que amerita nuestro contexto.
Con el mega fraude electoral del 26 de noviembre de 2017 -tercero del grupo que dirige JOH, recordemos las elecciones internas de 2012 y las generales de 2013 – Honduras entró en una etapa de rebeldía popular y ante ello el régimen pro militar ha arremetido con una dantesca represión que ha causado la muerte de decenas de personas, cientos de secuestros y encarcelamientos, no difundidos por la mayoría de medios de comunicación. Medios que obedecen a los intereses de los acuerdos de JOH y su grupo con las elites empresariales fácticas y golpistas.
Desde el jueves 18 de enero de 2018 el Congreso luce soberbio y decorado de verde olivo. Parece ser más un cuartel militar que un recito que supuestamente representa a los más de 8 millones de Hondureños. Uf, que vetusta “democracia” de garrotes y sobornos, 128 personas apenas llegan al congreso, de los cuales podemos discernir que en un 80% aproximadamente son impuestos por poderes fácticos. Así, en ese congreso cerrado para la ciudanía, se comenzó la apertura a la “bolsa de valores” ofertando puestos, millones, construcción de un hospital y otras vainas para salir triunfantes en su ego y ambición embriagante. Lo bueno de todo eso es que se exponen más a la irá de millones de hondureños y hondureñas al reelegirse con la fuerza del dinero, las armas y una institucionalidad pervertida a la medida de elites que se ahogan en su sed de mantener sus privilegios y que ve en blanco y negro la amenaza en los que razonan y exigen cambiar la abrumadora miseria en que vive el 70% de la población.
Las heridas al cuerpo de la nación no habían terminado se sanar cuando fueron nuevamente abiertas en mayor amplitud. Los rostros de satisfacción atrás de los muros militares y policiacos no dejaran nada halagador a las posibilidades de pensar una nueva Honduras y una nueva Latinoamérica amancillada históricamente por las injerencias imperialistas y las tiranías cerriles. Pero a estas personas cegadas por ese poder burlesco es bueno advertirles que no deben seguir subestimando a las fuerzas acumuladas de la conciencia nacional que sueña y trabaja por una nación justa y sin “hombrecitos insignificantes” en el horizonte como Juan Orlando o Mauricio y otros enajenados en sus burbujas…
Tegucigalpa, 21 de enero de 2018.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
Totalmente de acuerdo con la opinión de Lic.Soriano….en la era de la tecnología las dictaduras duran poco porque el pueblo tambien la utiliza para destruir las intenciones de los fascistas.