Por: Fred Alvarado
Mientras en Guatemala continúan incesantes las protestas contra la corrupción, en la capital hondureña se celebra el Carnaval de Tegucigalpa al ritmo de la música, los movimientos y bailes sensuales de bellas palillonas, el consumo de bebidas embriagantes, las comidas tradicionales, y el despliegue de carrozas, desfiles militares y motocicletas de la Policía Nacional como oportuno sedante o estupefaciente que alivia las penas que a diario afligen a la gran masa poblacional que se concentra en las empobrecidas y peligrosas ciudades de Tegucigalpa y Comayaguela, sin importar el clima lluvioso.
El evento organizado por la Alcaldía Municipal del Distrito Central determinó trasladar el jolgorio al boulevard Suyapa después de tres años consecutivos de celebración en las inoperantes vías del Trans-450, proyecto que por más de 6 años continúa sin funcionar, tildado como un gigantesco “monumento a la corrupción” tras la gestión de 8 años del edil nacionalista Ricardo Álvarez, que sirvió por un tiempo de plataforma de protestas masivas y marchas de las antorchas exigiendo la renuncia de Juan Orlando Hernández por el multimillonario desfalco al sistema de seguridad social de los cuales Hernández Alvarado reconoció públicamente haber recibido 147.783 dólares como financiamiento para su campaña política en 2013.
No es difícil comprender la lógica de un gran sector de la población capitalina que responde masivamente a la convocatoria de eventos culturales gratuitos organizados para satisfacer el gusto del ciudadano desinformado y de escasos recursos, cautivados por la gestión del alcalde de origen palestino Nasry Asfura, quien ha ganado la simpatía de los capitalinos por sus visibles obras de infraestructura vial y espacios de recreación en diferentes puntos de Tegucigalpa, obras que resultan novedosas al comparar la pobre gestión de Ricardo Álvarez.
No obstante, la capital hondureña continúa enfrentado profundos desafíos que azotan a la ciudadanía en el tema de seguridad ciudadana, falta de vivienda, escasez de agua potable, interrupciones diarias del servicio eléctrico, tráfico vehicular, contaminación ambiental, contaminación sónica, extorsión e impuesto de guerra, indigencia, desempleo, seguridad alimentaria, consumo y tráfico de drogas, migración del campo a la ciudad, hacinamiento, incendios forestales, delincuencia, violencia, pobreza, etc.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas
57 comentarios
es parte de la distraccion con k nos kiere tener el gobierno y la gente cae redondita
Qué pena por mi país. La ignorancia, la indiferencia, la corrupción se han apoderado de este pueblo.
De acuerdo 100 por ciento contigo..con pueblos así..solo qda aguantarse a todo o huir .
Así vamos, estamos y nos tienen por seguir viendo televisión tarifada el A,B,C, comienza con HCH. No somos más pendejos porqué apenas llegamos a los 7 millones. Somos campeones en pobreza ya superamos al país número uno.Haití. Vamos por más,lo bueno debe continuar.
Al pendejho se le da pendejadas para que no sienta cuan pendejho es
Pan y circo y 50 pesos,mas que suficiente para el catracho,triste realidad.