Por: Redacción CRITERIO
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Tegucigalpa. Las mentes que diseñan y arman los hilos del poder se están jugando todas las cartas para llevar a cabo su proyecto de reelección presidencial y desde ya preparan sus escenarios para tener el triunfo en las próximas elecciones; unos para darle continuidad a su proyecto y otros para regresar a ordenar y mandar.
Después del 28 de junio de 2009, con el derrocamiento del presidente, Manuel Zelaya, Honduras se convirtió en un país predecible políticamente, ya que todo lo que va a suceder se adelanta para que la sociedad se prepare a recibir cualquier sorpresa que le pudiera disgustar.
En esa preparación de escenarios, el pasado 22 de abril, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, declaró inaplicable el artículo 239 de la Constitución de la República, que prohibía la reelección presidencial.
Zelaya fue separado de la presidencia por suponerlo responsable de pretender quedarse en el poder, utilizando el mecanismo de la Cuarta Urna, que mediante una encuesta buscaba la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, que de acuerdo a muchos sectores llevaba la idea implícita de establecer la reelección presidencial.
Ahora la intención de entronizarse en el poder es manifiesta, con la diferencia que los tres poderes del Estado se han puesto de acuerdo para ir hilvanado el proyecto que a todas luces ha sido confeccionado por el Partido Nacional.
La figura del expresidente Rafael Callejas, es la pieza fundamental del actual presidente Juan Hernández para pretender seguir en el poder, ya que fue él quien evocando una violación a su derecho humano de elegir y ser electo, se presentó ante el Poder Judicial para solicitar que se le permitiera volver a aspirar a la República.
Según el analista político, Armando Orellana, Callejas es el pararrayos de Hernández, ya que no solo le ayudó a abrir el camino legal, sino que en el momento en que ambos lancen oficialmente sus candidaturas, vendrá una campaña en contra de Callejas, que recordará los actos de corrupción en los que se vio involucrado y el castigo más vergonzoso que fue cuando Estados Unidos le quitó la visa por corrupto.
A juicio del analista, Callejas, no tiene reparo en que lo señalen de “corrupto” porque, tal aseveración pasó por la mirada de Estados Unidos. Otra razón es porque es un elemento de la vieja guardia del Partido Nacional y Hernández, representa el relevo generacional.
En el caso de otras candidaturas que pudieran surgir como la de Ricardo Álvarez u Óscar Álvarez, consideró que no pasarán de simples aspiraciones y al final se plegarán al gobernante, porque la intención de los nacionalistas, es seguir en el poder y para ello tienen el apoyo de los sectores más conservadores, incluyendo a un fuerte sector de la empresa privada que representa los intereses de los grupos económicos más poderosos del país.
En el caso de los liberales la situación es diferente porque hay dos facciones; una conservadora del lado del expresidente Carlos Flores, que le apuesta a la reelección; y la otra integrada por liberales moderados y afines al presidente del Central Ejecutivo, Mauricio Villeda, que apuestan a cualquier candidatura que no sea la reelección.
Orellana considera que la división interna de los liberales es propicia para las intenciones continuistas de Juan Orlando porque debilita a una fuerza política, integrada por una facción que pudiera buscar alianzas con el resto de la oposición, es decir con el Partido Anticorrupción (Pac), Libertad y Refundación (Libre) y con el Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (Pinu-SD).
El analista no descarta que el expresidente Flores busque la reelección, pero consiente de no tener ninguna opción de poder por el debilitamiento que sufrió el Partido Liberal producto del golpe de Estado de 2009.
Más bien, la intención de Flores sería la de legitimar un proceso de reelección y dividir a los liberales ante una posible alianza con la oposición, situación que ya comienza a tener frutos luego que diputados de la bancada liberal manifestaran abiertamente que les gustaría una candidatura del exmandatario, añadió.
La promotora de la candidatura de Flores, es la diputada Waldina Paz, con el acompañamiento de los también parlamentarios liberales, Yuri Sabas y Marco Antonio Andino, y el alcalde de Choluteca, Quintín Soriano.
Al ver un erótico cortejo por un segmento de la bancada liberal con el Partido Nacional, el presidente del Central Ejecutivo, Mauricio Villeda, expresó recientemente que se siente más identificado con algunos diputados de los partidos Libre y Pac, que con algunos de la enseña rojo blanco y rojo, quienes a su juicio deben levantarse porque “están de rodillas ante Juan Orlando”.
La firmeza en contra de la reelección que enarbola Villeda es tan sólida que llamó a los diputados de su bancada a buscar un mecanismo para revertir la resolución de la Corte en torno a la reelección, ya que es del criterio que nadie debe acatar órdenes al margen la ley.
Villeda también hizo un llamado a la sociedad hondureña a la insurrección con base al artículo 3 constitucional, que establece que nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de la armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que la Constitución y otras leyes establezcan.
Villeda insiste cada vez que es entrevistado por periodistas que Juan Hernández está instalando su propia dictadura al estilo del general Tiburcio Carias Andino (1933-1949). Y que la reelección no es más que un proyecto de un continuismo para perpetuarse en el poder.
La situación interna en Libre es similar a la de los liberales porque el proyecto no termina de convencer a un fuerte segmento de este partido, ya que hay movimientos internos que consideran que sería seguirle el juego a los nacionalistas o ser parte de un proyecto ilegitimo porque surgió de una violación a la Constitución de Honduras.
En este momento el Movimiento de Resistencia Progresista de Libre (MRP), dirigido por el diputado Rasel Tomé, se ha declarado en desacuerdo con la reelección y a la vez propugna porque en este novel partido haya elecciones internas.
Similar a la postura de Tomé, es la que ha manifestado públicamente el periodista, David Romero Ellner, quien recientemente anunció la integración del movimiento Fuerza y Esperanza (FE).
Romero Ellner, considera que si el coordinador de LIBRE y diputado, Manuel Zelaya, lanza una candidatura a la reelección con las mismas condiciones electorales del 2013, se enfrentaría nuevamente a la derrota, producto de una estructura fraudulenta.
Asimismo, estaría legitimando y participando en un proceso ilegal y por el cual se presumió pretendía quedarse en el poder, a través de la cuarta urna, razón del golpe de Estado que lo sacó del poder.
El comunicador ha sostenido que si Zelaya Rosales escoge ese camino “que le vaya bien” y que él no lo acompañará porque no ve correcto que “cientos de mártires hayan dado su vida por un proyecto”, que al final quedará en un capricho por regresar al poder y en el peor de los casos para seguirle el juego al presidente, que lo que quiere es tenderle una trampa.
Contrario a los que se oponen, hay otro sector, sobre todo de diputados allegados a Zelaya, que han expuesto que el expresidente, debería presentarse con una candidatura a la reelección.
Desde el día que se conoció el fallo del máximo tribunal de justicia, Zelaya Rosales, ha sido ambiguo sobre el tema, al decir que no le tiene miedo a Juan Hernández y que si la gente de su partido, junto al resto de la oposición se une, “no habrá fraude alguno que favorezca a Juan Orlando”.
También ha dicho en reiteradas ocasiones que a “Juan Orlando lo vamos a vencer en las urnas”, con lo que ha dejado la duda sobre si se presentará con una candidatura a la reelección. Sin embargo el pasado 7 de mayo, fue más claro al adelantar que se tomará tres meses para adoptar cualquier decisión, pero que antes recorrerá el país, aparentemente para hacer la consulta con las bases de su partido.
La visión más clara en torno a la reelección la tiene el Pac, presidido por el excandidato presidencial Salvador Nasrralla, quien de manera categórica y consensuada con todos sus diputados, se ha pronunciado de principio a fin, en contra de este proyecto.
A juicio del analista político, Armando Orellana, la postura de Nasrralla, es entendible porque es un outsider y por esa condición no tiene ningún interés de promover una figura que busque la reelección.
En virtud de no tener un largo recorrido político, el también comentarista deportivo, tiende a ser directo y a decir las cosas, tal y como las piensa, por lo que siempre que tiene en frente una cámara o un micrófono, califica de dictador a Juan Orlando y de tener listo su camino para entronizarse en el poder por 50 años.
La aseveración de Nasrralla sobre los 50 años en el poder por Hernández Alvarado, cobran fuerza por las reiteradas expresiones del actual mandatario, quien antes de asumir la presidencia y ahora estando frente, continúa diciendo que los nacionalistas gobernarán por 50 años consecutivos, lo que a juicio de varios analistas es un mensaje subliminal de sus aspiraciones políticas.
Mientras esté en escena la reelección presidencial continua, copando los titulares de los medios de comunicación y el Partido Nacional sigue con su propósito de mantener en el poder al actual mandatario, a la oposición no le queda otra salida que unirse, considera el analista político.
Orellana es del criterio que la reelección, desde el ángulo de quienes hoy ostentan el poder pudiera ser una trampa para la oposición, especialmente para Manuel Zelaya Rosales, pero si se aprecia desde una perspectiva más amplia, puede representar un arma de doble filo.
La última apreciación, según Orellana, se daría en caso que la oposición logre unirse graníticamente alrededor de un candidato, perteneciente a cualquiera de los partidos o en su defecto con Zelaya Rosales a la cabeza.
En conclusión, en política no hay nada escrito, porque todo depende de los momentos en que se presenten los episodios y de la ventaja o provecho que se le saquen a los hechos.
FECHAS CLAVES
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