Por: Rodolfo Cortés Calderón
La semana pasada fue suspendida por 55 VOTOS de unos pelagatos, truhanes y déspotas, representados en el Senado de Brasil la mandataria de ese país DILMA ROUSSEFF, que fue reelecta por casi de 55 millones de brasileños el 2014. ¡Vaya DEMOCRACIA!. Pero en Latinoamérica los golpes suaves, bajos, blancos o como se les quiera llamar se están volviendo un cáncer, desgraciadamente apoyados y financiados por los gobiernos de Estados Unidos, los irracionales y hegemónicos gringos que se ufanan de ser “padres” de la democracia, “su democracia”.
Lo mismo sucedió en Honduras el 2009 con Zelaya Rosales; en Paraguay con Lugo el 2012 y hoy además se fragua contra Maduro en Venezuela, pero ya antes el 2002 lo pretendieron hacer con los presidentes Chávez Frías de Venezuela y el 2010 a Rafael Correa de Ecuador, que lograron ser neutralizados.
En Honduras Zelaya Rosales fue separado por un atajo de ambiciosos políticos, empresarios, funcionarios corruptos, dirigentes eclesiales y militares, violadores de la Constitución que aún no han rendido cuentas al pueblo y que se pavonean como grandes señores, aupados por Estados Unidos. Hoy ROUSSEFF es víctima de ese sistema oprobioso con los mismos impulsadores norteamericanos.
No ocultaremos en lo más mínimo que todos estos hombres o mujeres presidentes llamados progresistas hicieron algunos avances sustanciales a favor del pueblo, que ya en otros escritos les hemos dado los méritos, pero tampoco les vamos a conceder baños de pureza.
Si literal y teóricamente democracia quiere decir “poder del pueblo”, ¿por qué los gobiernos que se llaman “progresistas” ( ¿o será que son alineados con la Alianza para el Progreso de USA?) o de “izquierda” (¿al estilo bienestarista Europeo que no pasan de ser eso?), hayan sido o son, como José Manuel Zelaya, Luis Inacio Lula da Silva, Hugo Chávez Frías, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina y Ernesto Kirchner, Nicolás Maduro Moros, José Mujica, Daniel Ortega y Salvador Cerén que no lograron posicionar ideológicamente el poder popular para defender los derechos que corresponden y pertenecen y lo liberan (al Estado) de las garras del capitalismo imperialista como lo hicieron en su momento histórico FIDEL CASTRO RUZ, ERNESTO GUEVARA, RAÚL CASTRO y otros patriotas?.
El problema de estos teóricos revolucionarios, presidentes y ex presidentes progresistas latinoamericanos es que el sistema capitalista y su modelo neoliberal les atrae demasiado, lo sueñan en demasía y no están en la mínima intención de sacrificarse verdaderamente por su pueblo. Les encantan los manjares, la buena vida, las cámaras y los fotógrafos, viven de la opulencia (aunque sea mínima), tienen jugosas cuentas bancarias, se desplazan por el mundo, etc. etc. No saben lo que es pobreza y aunque hayan cargado un fusil en su espalda ya lo olvidaron o lo hicieron por moda o aventurerismo de su juventud.
Por actitudes acomodadas y debilidades ideológicas como las de ustedes Señores y Señoras Presidentes, la humanidad (entiéndase pueblo luchador y sufriente) va perdiendo cada día más la fe y esperanza por un mundo mejor, no digamos por la democracia.
Los programas de desarrollo que ustedes han impulsado tienen una visión capitalista, que no negamos los hicieron con buena intención, pero no pasaron de ser paliativos o confites para bobos. Ninguno de sus gobiernos ha mostrado interés en ponerse a la par de CUBA con los avances tecnológicos y servicios sociales a favor de su pueblo; contrario a eso han llevado a muchos empobrecidos luchadores (clase media) a creer que lo importante es tener dinero y bienes (ser capitalistas) y hacia allí apuntaron sus objetivos y no es así, lo importante es que toda la población tenga asegurado su trabajo, la seguridad alimentaria, salud, educación, vivienda, estabilidad emocional, espacio vital, recreación… ¿No es para eso que Ud. y yo trabajamos? Así que en Latinoamérica CUBA es el único ejemplo revolucionario y verdaderamente democrático a seguir, los demás gobiernos llamados de izquierda son ilusos con la boina del Ché, mercantilizada por el capitalismo.
El escritor Pablo Jofré Leal, en un análisis en ADITAL-Brasil sobre la situación previa al balotaje en octubre 2014 entre ROUSSEFF y NEVES, escribía dentro de un profuso artículo lo que compartimos: “Por ello, revisar críticamente lo que leemos, vemos y escuchamos dónde lo hacemos, cómo lo realizamos y a quien leemos, escuchamos y vemos se hace indispensable en este tercer lustro del siglo XXI.
Eso implica un trabajo ideológico de envergadura. Una obligación de los gobiernos progresistas de Latinoamérica en la necesidad de educar a la población, de intensificar la lucha ideológica, de hacer partícipe a la sociedad en la dirección del Estado y no sólo crear beneficiarios inmóviles de planes sociales, apoyo estatal a derechos básicos, sino que tener una sociedad dinámica, capaz de enfrentar la lucha política los múltiples planos que esta tiene. Una sociedad informada, educada, participativa, es una sociedad difícil de engañar y defenderá lo que tiene que defender por más uso que los medios de comunicación de la derecha quieran hacer de los logros de gobiernos como el PT (Partido de los trabajadores)”.
Mientras en el espacio norte, los ciudadanos estadounidenses siguen creyendo que sus gobiernos republicanos o demócratas se desvelan por ellos, por darles salud, educación, seguridad, vivienda, etc. todo es una gran farsa en ese Sistema Capitalista infrahumano. En Estados Unidos todos estos servicios sociales son negocio de los oligárquicos empresarios, incluyendo el Obamacare.
Al respecto el crítico escritor estadounidense Noam Chomsky lo señala así: “Actualmente alrededor de un 60 % de la población (estadounidense) apoya su muy denostada defensa de un sistema nacional de seguridad social como suele haber en sociedades similares, lo cual es una cifra muy elevada teniendo en cuenta que es objeto de una constante condena y que pocas personas se expresan en su defensa”.
Los ciudadanos del mundo explotado y empobrecido sólo necesitamos pensar un poco y darle vuelta completa al calcetín, eso es revolución, sin necesidad de usar armas, pero si haciendo uso racional y consciente de ese instrumento tan prostituido llamado democracia, aunque este tipo de conciencia es lo difícil de lograr.