Por: Redacción CRITERIO
Tegucigalpa.- La ley de Protección de Defensores de Derechos Humanos, Operadores de Justicia y Periodistas no tiene aplicabilidad en Honduras porque no se ha aprobado su reglamento, dijo el periodista, Félix Antonio Molina, en una entrevista a la periodista, Eleana Borjas, de Radio Progreso.
Molina, fue víctima de dos atentados el pasado dos de mayo en la ciudad de Tegucigalpa, en el segundo le infirieron dos balazos en sus piernas y aún se encuentra recuperándose de las heridas.
Molina señaló que, el Estado de Honduras llegó en mayo de 2015 bajo la presión de la comunidad internacional a la aprobación rápida de una ley que se llama Ley de Protección a los Defensores de Derechos Humanos, Operadores de Justicia y Periodistas, es un título excesivo, extraño y ya imposible de decir en una sola emisión de voz, ya desde ahí es un problema.
Pero su problema mayor es que intenta implementar un mecanismo nacional de protección sin tener todavía el reglamento de la ley, y eso se ventiló en la audiencia del pasado 5 de abril en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Molina recordó que Marcia Aguiluz de Centro de Justicia Internacional (CEJIL) increpó al procurador de Honduras y a la viceministra de Derechos Humanos y Justicia, el hecho de afirmar que tienen ya más de 19 personas bajo la protección del mecanismo nacional, sin siquiera tener el reglamento de la ley.
“Es más comentó la abogada Aguiluz, como puede venir a decir aquí ustedes, inclusive los nombres y las ubicaciones de las personas bajo su protección cuando se supondría que el reglamento de un mecanismo nacional debe mantener en confidencialidad los datos personales de los protegidos, eso me impresionó mucho”, señaló el periodista Molina.
“Lamentablemente en lo que queda del Estado de Honduras, no hay conciencia de esto, se pueden emitir otras leyes en esta línea y al final se encontrará que predomina la insensibilidad y la indiferencia”, acotó Molina.
Agregó que, “predomina esa idea tonta que la seguridad es un asunto que se resuelve con policías y militares, esa idea perversa que saca el tema de la violencia del terreno de la salud pública y lo coloca en el terreno de las fuerzas militares y policiales y se ve en el presupuesto de la nación que está muy por encima de la salud pública y la educación”.
“Creo que se deben usar almáganas para romper esta tremenda estupidez de la elite política militar y social en Honduras y volver por los caminos de la comprensión simple y sencilla, no podemos poner la pólvora y las armas por encima de la dignidad del ser humano”, reflexionó el comunicador social.