Por: Redacción CRITERIO
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El consejo corre de voz en voz entre las migrantes centroamericanas que quieren viajar a Estados Unidos: antes de entrar a México es recomendable tomar un anticonceptivo de largo efecto.
Es un desesperado intento para prevenir embarazos ante las agresiones sexuales que muchas de ellas sufrirán en el camino.
Cada año entran a México unas 45.000 mujeres centroamericanas sin documentos migratorios.
De ellas, el 70% sufre algún tipo de abuso sexual, según denuncian organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional (AI).
El dato contrasta con las cifras del gobierno mexicano. Según el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, en 2015 el número de agresiones a migrantes se redujo “significativamente”.
Algo que no comparten entidades como el Centro de Atención al Migrante Retornado de Honduras.
“La violencia no se ha detenido; aumentaron las agresiones a las mujeres”, le dice a BBC Mundo Valdette Willemann, responsable de la organización.
Por eso -afirman- circula aquel consejo entre las mujeres migrantes. El método más usado es la aplicación de Depo-Provera, un producto que las protege durante 3 meses.
En Centroamérica la conocen como “Inyección anti-México”.
El uso de anticonceptivos entre las migrantes para mitigar en algo la violencia sexual es una práctica extendida no sólo entre mujeres adultas, sino también entre adolescentes.
A veces son los mismos traficantes de personas, conocidos como “coyotes”, quienes aconsejan tomar esos medicamentos. La advertencia se repite a lo largo de la ruta hacia el norte.
Es que desde el principio muchas asumen que entre los costos del viaje por México se encuentran las agresiones sexuales.
Recientemente organizaciones como la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración, así como Formación y Capacitación (Foca), presentaron el informe “El corredor Huehuetenango-Comitán”, una cartografía de las mujeres en las migraciones.
El documento destaca, entre otros temas, que algunas migrantes se ven obligadas a sostener relaciones íntimas como requisito para cruzar la frontera sur de México.
Algo que otros han detectado.
“Hemos visto muchos testimonios de mujeres migrantes que deciden ellas mismas pagar esta cuota con tal de no ser sujetas de más violencia sexual dentro del camino”, le dice a BBC Mundo Perseo Quiroz, director de AI México.
Con frecuencia entre los perpetradores se encuentran agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), que pertenece al gobierno, aunque también existen denuncias de abusos de policías y militares.
Los “coyotes”, pandilleros y vecinos de las rancherías por donde cruzan las centroamericanas también cometen abusos, según las denuncias.
Rutas de violencia
Los ataques ocurren en prácticamente todo el país, aunque organizaciones civiles y autoridades han identificado algunos puntos especialmente peligrosos.
Uno de estos es el corredor entre el departamento de Huehuetenango, en Guatemala, y Comitán, Chiapas, en México./Tomado de BBC Mundo)
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas