Con un alarmante 80% de las denuncias de violencia sexual dirigidas a mujeres y niñas, y un 60% de las víctimas son niñas menores de 14 años, la situación exige atención urgente y una respuesta efectiva del Estado
Tegucigalpa, Honduras. – La violencia sexual en Honduras se ha convertido en una crisis que afecta principalmente a mujeres y niñas. Datos del Centro de Derechos de la Mujer (CDM), sobre la violencia sexual contra mujeres y niñas en Honduras durante el periodo 2022-2023 revelan cifras alarmantes y una situación crítica que demanda atención urgente.
De acuerdo con Lara Bohórquez, coordinadora del Observatorio de Derechos de la Mujer del CDM expresó a Criterio.hn que el 80% de las denuncias de violencia sexual ante el Ministerio Público corresponden a mujeres y niñas, y de estas, el 60% involucra a niñas menores de 14 años de edad.
El boletín recientemente publicado por el CDM, detalla que durante esos dos años se registraron 3,289 casos de violencia sexual, lo que representa un aumento significativo en comparación con años anteriores. Este fenómeno no solo afecta a las víctimas directamente, sino que también tiene repercusiones profundas en la salud pública y los derechos humanos.
Entre enero y junio de 2022, Honduras registró 1,615 denuncias de violencia sexual, con 1,093 casos contra menores de edad. Además, en el primer trimestre de 2024, se reportaron 766 denuncias, lo que equivale a más de ocho casos diarios. Estas cifras reflejan lo que las organizaciones de mujeres consideran como una “pandemia silenciosa”.
NIÑAS PRINCIPALES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA SEXUAL
La violencia sexual contra las niñas en Honduras es un fenómeno devastador que se manifiesta desde la primera infancia. Según el Ministerio Público, se han registrado ocho casos de violencia sexual en niñas menores de un año y un total de 827 casos en el rango de edad de 0 a 9 años. Alarmantemente, en el grupo etario de 10 a 14 años, se contabilizaron 2,462 casos, lo que indica que el 43% de las víctimas son niñas. Si se incluyen los 911 casos adicionales de adolescentes entre 15 y 18 años, se revela que el 55% de las víctimas son menores de edad al momento de la agresión.
En ese sentido, Lara Bohórquez, señala que la situación es aún más grave para las niñas menores de 14 años, quienes enfrentan el riesgo de embarazos no deseados y forzados, considerados por instituciones internacionales como una forma de tortura
Anualmente, la Secretaría de Salud registra más de 1,000 partos en niñas de entre 10 y 14 años, un fenómeno que está intrínsecamente relacionado con casos de abuso sexual. Este dato no solo revela la vulnerabilidad de las menores en sus propios hogares, sino que también pone de manifiesto la falta de seguridad en espacios públicos y educativos, donde están expuestas a situaciones de riesgo.
VÍCTIMAS NO CONFÍAN EN EL SISTEMA DE JUSTICIA
Las víctimas de violencia sexual en Honduras enfrentan una profunda desconfianza en el sistema de justicia, un fenómeno que se ve exacerbado por la alarmante tasa de impunidad que rodea a estos delitos.
Actualmente, más del 90% de los delitos contra las mujeres quedan sin castigo, lo que genera un clima de desesperanza y temor entre las sobrevivientes que consideran denunciar. En el caso específico de los femicidios, la situación es aún más grave, con más del 95% de los casos sin resolución.
Lara Bohórquez, destaca que la falta de confianza en las instituciones estatales es un factor clave que disuade a muchas víctimas de denunciar. La cultura del silencio y el miedo a la revictimización perpetúan este ciclo de violencia.
Por otro lado, las organizaciones feministas han denunciado que el Estado hondureño no ha implementado protocolos adecuados para atender a las víctimas sobrevivientes de violencia sexual, pese a la aprobación de un protocolo. La falta de acceso a tratamientos preventivos, como la Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE) y retrovirales para prevenir enfermedades de transmisión sexual, agrava aún más la situación.
FEMICIDIOS ASOCIADOS A LA VIOLENCIA SEXUAL
Honduras esta entre los cinco países del mundo más violento para las mujeres, y además tiene la tasa más alta de femicidios en América Latina. Entre el 2022 y el 2023 se registraron 683 muertes violentas de mujeres y femicidios.
En ese mismo periodo de tiempo, el país centroamericano registró un alarmante total de 38 femicidios relacionados con violencia sexual, además de tres casos adicionales que, aunque clasificados como femicidios íntimos o por delincuencia organizada, también implicaron ataques sexuales.
En ese sentido, la defensora de derechos humanos, detalló que los casos de femicidio relacionados con violencia sexual presentan un ensañamiento extremo. Es decir, a menudo, los cuerpos son expuestos públicamente como un acto de control sobre las mujeres. Un 66% de ellas fueron encontradas en espacios abiertos como carreteras, ríos y solares baldíos.
La situación de agrava ya que según enunció Bohórquez el Estado no califica adecuadamente estos casos como femicidios ni mucho menos reconoce la violencia sexual sufrida por las víctimas.
