El Padre Melo

Por: Marlín Óscar Ávila

Me entero resientemente de una campaña de desprestigio contra el Padre Melo.

Un día de fin de semana, del 2021, llamé al padre Melo para consultarle si me podía recibir. Ante su positiva respuesta, tomé mi auto y viajé a El Progreso.

Me pidió que dejara estacionado mi auto frente a Radio Progreso y me subí al auto de él.
Fuimos a su casa. Allí deleitamos un delicioso almuerzo.
Conversamos todo el resto del día. Aún cuando habíamos estado juntos compartiendo temas de interés general en un grupo que se reunía en San Pedro Sula, cada mes, fue muy satisfactorio volver a entablar conversación con el gran amigo Melo. En ese grupo compartíamos espacio con amigos como Julio Escoto, Rodolfo Pastor Fasquelle, y otras personalidades de la zona Norte. Este grupo se disolvió.

Mucho del compartimiento, ese día de mi visita, fue sobre nuestros intereses comunes y algunas coincidencias de nuestras vidas.
Le conté que estuve en la escuela y colegio Jesuita. Que como él, hice mi niñez en la zona bananera. La Compañía de Jesús atendió esa zona desde los años 50s.

La sencillez de la vida del padre Ismael Moreno (Melo) es, además de genuina, refleja sinceridad y franqueza.

Expresa con respeto y sin titubeos su opinión, sea cual sea lo contrastante qué pueda ser para el interlocutor. Al llevar, sus palabras, un tono constructivo, hace que se acepte de esa manera su expresión y termine por ser reconfortante.

Quiénes ahora buscan dañar la imagen de este gran hondureño y Centroaméricano, están disparandole a las estrellas. Es como querer producirle una herida a un inmortal.

Su persona, su ser, es parte del pueblo humilde, del pueblo trabajador, de un pueblo bananero, del pueblo campeño del Atlántico. Quien busque dañar al Padre Melo, busca dañar la historia reciente de la Costa Norte. Es tratar de dañar toda una institución del pueblo.

Nuestro padre Melo trasciende las debilidades sociales y políticas y surge como el ave fénix de las cenizas del odio y la lujuriar humana.

Su triunfo es el triunfo de la clase trabajadora, de las organizaciones campesinas y de las maquiladoras.

  • Marlín Óscar Ávila
    Graduado en Estudios para el desarrollo graduado en EE UU e Inglaterra. Gerencia de ONGs europeas y estadounidenses. Tres años fungió como alto funcionario de la cooperación canadiense para Centroamérica. autor@criterio.hn

Compartir 👍

Podría interesarte