Por: Antonio Flores Arriaza
El presidente Biden ha dicho que el mundo apoya las sanciones que USA y la Unión Europea (UE) le han aplicado a Rusia en el entorno de esta guerra hiperhíbrida que se lucha, no solo en el terreno del combate armado en Ucrania, sino a nivel global. Así entonces, se trata de una tercera guerra mundial hiperhíbrida y no una guerra total que implicaría la utilización del armamento más devastador que cada país tenga para tratar de aniquilar a su enemigo.
Lo que, realmente, traería una devastación mundial. Es hiperhíbrida porque implica la aplicación de medidas en diferentes campos: finanzas (guerra de divisas), económica con afectación de la producción de los países, energética con la manipulación de la producción de diferentes energéticos y de sus precios, propaganda para impedir que las poblaciones conozcan la versión de los adversarios y sean saturadas por lo que se quiere su gobierno que piensen y crean, poblacional para tratar de crear mareas de migrantes que huyan de los combates y de lo que se les hace creer, cibernética con hackeo de información y con afectación de los equipos o denegación de servicios informáticos y tantas otras variables que cada bando maneja a su discreción. Y, el surgimiento de la “guerra cognitiva” que, utilizando la hiperconectividad individual, se busca penetrar el pensamiento de cada individuo para utilizarlo como un arma que sume a los esfuerzos de quien lo influye, afectando la sociedad en la que se ubica (Francois du Cluze, 2020, “Cognitive warfare”. OTAN).
Pero, a la afirmación del presidente Biden se le puede confrontar con la realidad política de los países del mundo. El resultado es que, solamente los países anglosajones y los gobiernos europeos respaldan estas acciones para mantener irresoluto el conflicto.
La gran cantidad de países de Asia, África y América Latina no respaldan las decisiones de USA y la UE contra Rusia. Y decimos los gobiernos, porque ya se han visto grandes manifestaciones populares en varias ciudades europeas en donde los manifestantes exigen a sus autoridades que ya paren la guerra, que suspendan las sanciones y que se retiren de la OTAN. Peticiones que son ignoradas por sus gobernantes pero que ya se observan las consecuencias en las elecciones que han sucedido y que han producido un cambio de gobierno: Italia, Suecia, Finlandia y Reino Unido, éste con un cambio intempestivamente rápido de Primer Ministro que no duró ni dos meses. Ya se pronostica que, al acudir a elecciones, podrá haber cambio de timón, al menos, en Reino Unido, Francia y España.
Pero, estos cambios políticos ya se están sucediendo con rupturas inesperadas unas y drásticas otras, en la geopolítica de diferentes Estados de gran importancia para la economía mundial. Es así que, con sorpresa, hemos visto como China ha mediado para que los adversarios musulmanes de siglos, Arabia Saudí, líder sunnita, e Irán, líder chiíta, que han estado al borde del colapso bélico por siglos, se han dado la mano y acordado limar sus diferencias para coincidir en el giro geopolítico hacia oriente bajo el liderazgo de China y, acompañada por Rusia e India.
Y es que, el grupo de los BRICS en el que se integran Brasil, Rusia, India, China y Sur África, se está convirtiendo en el polo sur que atrae a los países que, genéricamente, mayormente, por su ubicación geográfica pero también, por su nivel socioeconómico y su grado de subdesarrollo, se están ahora denominando como Sur Global ya que, no solo son países de un continente, sino de varios continentes: Asia, África y América.
Ya hay varios países que han solicitado su incorporación a lo que se llamaría BRICS+, mencionándose de Asia del Sur a Indonesia, Malasia. De Asia Central a Kazajistán. De África a Egipto, Camerún, Nigeria. De América a Argentina que luce será el primero en ser admitido. Y de Medio Oriente a Irán y, lo más sorprendente y de enormes efectos sobre la geoeconomía: Arabia Saudí.
Las grandes consecuencias que tiene este giro de Arabia Saudí es que ha sido el gran aliado de USA. Sus ventas de petróleo han sostenido el petro-dólar, lo que le ha permitido a USA tener un gran control sobre la economía global, ser la gran potencia militar y brindar a sus ciudadanos una alta calidad de vida. Todas las ventas de petróleo deben hacerse en US dólares y esto reditúa a USA por el uso de su moneda que se exige para la intermediación de toda compra-venta en el planeta, siendo las de petróleo las que más le aportan.
Y Arabia Saudí es el líder del grupo de países productores de petróleo y gas en el mundo. Este grupo es el que decide la cantidad de petróleo y gas que se produce y determina los precios de estos energéticos. Hasta ahora, Arabia Saudí ha bailado al ritmo que le ha impuesto USA. La enorme sorpresa, que tendrá un descomunal impacto en la geoeconomía, es que Arabia Saudí ha roto con USA y se ha pasado al otro lado de la cerca. Este cambio de Arabia Saudí de solicitar su incorporación a los BRICS+ podrá implicar su salida del G20 (el grupo de los 20 países de mayor economía en el mundo, liderado por USA).
La ruptura de Arabia Saudí con USA ya se evidencia también con su incorporación a la Organización de Cooperación de Shanghái (equivalente al G20) liderado por China y conformado por países asiáticos (especialmente, los miembros de la ASEAN, diez países de Asia del Sur de economías en crecimiento acelerado algunos, como Viet Nam). Así como, ya en acciones concretas, como el contrato entre ARAMCO (la gigante empresa petrolera de Arabia Saudí) y China para construirle, por US$ 12.2 billones, a China, una refinería de petróleo (chino y ruso que le llega por el gasoducto “Fuerza de Siberia 1” y que Rusia ya ha iniciado la construcción del “Fuerza de Siberia 2” para duplicar ese abastecimiento). Y, además, Arabia Saudí ha cerrado su oficina en USA para comprar armamento (El presidente Trump logró un convenio por US$ 110 mil millones para que Arabia Saudí le comprara armas a USA) y ahora, abrió esa oficina en China.
Mientras, simultáneamente, los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que integran Indonesia, Viet Nam, Singapur, Malasia, Tailandia, Brunei-Darussalám, Laos, Myanmar, Cambodia y Filipinas (este último es el único que desentona en este grupo ya que mantiene sus compromisos con USA, incluida la base naval más próxima a esa área geográfica) acordaron prescindir del uso del US dólar en sus transacciones internas. Pero también, de la Libra Esterlina de Reino Unido, del Yen japonés y del Euro, para utilizar sus monedas nacionales y, seguramente, el Yuan chino. Mientras Viet Nam y China han limado sus asperezas (por conflictos fronterizos terrestres y por sus intereses en el mar del Sur de China, con la proximidad de la base naval de USA en Filipinas), llegando a tener conversaciones de acuerdos de seguridad.
Y otra definición geopolítica trascendente es la de India. Este país se había mantenido del lado de USA (con influencia de UK de la que fue colonia), incluso, se incluyó en el QUAD, un grupo liderado por USA que incluía a India, Japón y Australia, para buscar acuerdos económicos que les permitiera controlar esa región del indopacífico y buscar neutralizar a China, que les llamó “OTAN asiática” por sospechar también tendría una vertiente militar.
Esta guerra en Ucrania y las sanciones de USA y la UE al petróleo de Rusia, ha hecho que India se convierta en un gigantesco comprador de petróleo ruso que le está produciendo enormes ganancias ya que, ese petróleo, India lo refina y luego, “con pasaporte indio” lo vende por detrás a los países de la UE. Estos grandes beneficios han inducido a India a definirse claramente del lado de los BRICS, del que ya forma parte.
Este paso de la India ya se vio venir cuando decidió reiterar su compra de armamento ruso, lo que USA trató de evitar con visitas a India de su secretario de Estado y su Secretario de Defensa, sin lograr su propósito. Asimismo, esto ha contribuido para que India y China, al verse del mismo lado, han resuelto sus conflictos fronterizos que los han mantenido bajo amenaza de guerra. India participó en maniobras militares realizadas por Rusia (al borde de la península de Corea) junto con China.
Todos estos cambios de dirección geopolítica, en los intereses geoeconómicos y en nuevos acuerdos económico-financieros entre estos países, excluyendo a USA y su moneda, están transformando el orden mundial que ha estado indiscutiblemente liderado por USA, en un remezón que está conformando un nuevo orden mundial que luce más próximo que lo anticipado. Se consolida así el liderazgo de China acompañada de Rusia e India al frente del Sur Global en progresiva y rápida conformación.
El autor: Dr. Antonio Flores Arriaza
Es Máster en Relaciones Internacionales. Máster en Educación. Graduado en Mercadeo y Psicología. Consultor independiente. Ex asesor estratega del Grupo multinacional PROFARMACO (Barcelona, España). Profesor universitario. Director de “Satélite Global” programa por televisión sobre análisis geopolítico y ex analista internacional de LTV. Miembro cofundador del Grupo PATRIA, centro de pensamiento estratégico de Honduras, de carácter independiente.
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