Por: Redacción CRITERIO
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Tegucigalpa.- Bertha Cáceres fue Coordinadora General del Pueblo Indígena de Honduras, (COPIN), luchadora incansable del pueblo indígena hondureño que confrontó a grandes empresas dedicadas a la explotación hidráulica y minera, fue asesinada esta madrugada por sicarios del sistema que oprime al país y a hombres y mujeres que luchan por sus derechos.
En el incidente donde resultó un educador mexicano en tanto que los sicarios buscaban a un hermano de la víctima para darle muerte también.
Ayer un grupo de 11 sicarios al servicio de la empresa generadora de energía de la empresa hídrica DESA-SINOHIDRO, que construye la represa sobre el río Gualcarque, se desplazaban por el sector de La Esperanza, denunció Raúl Varela, miembro del COPINH.
El hecho sucedió como a la una de la mañana cuando dos desconocidos llegaron hasta su hogar al que ingresaron con violencia para acribillarla.
Primeras versiones indican que la policía reportó que dos desconocidos ingresaron a la pequeña vivienda para cometer un robo, algo que miembros de la comunidad Lenca de La Esperanza descartan ya que no sustrajeron ningún bien.
Cáceres fue defensora del pueblo indígena, de movimientos campesinos, derechos humanos y hace una semana denunció que cuatro dirigentes de su comunidad fueron asesinados y que otros habían recibido amenazas de muerte.
Los periodistas, defensores de derechos humanos, organizaciones indígenas y gremios han condenado este abominable asesinato y que se debe parar ese diálogo que pretende el presidente Juan Hernández, ya que mientras habla de diálogo el régimen se dedica a asesinar al pueblo y sus líderes, verdaderos y genuinos representantes de sus luchas y aspiraciones.
Por las luchas en defensa del patrimonio territorial del pueblo Lenca, en particular del Río Gualcarque, Bertha fue amenazada, perseguida e invisibilizadas por lo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le concedió medidas cautelares.
Su última denuncia la hizo el jueves 25 de febrero de 2016 ante el desalojo de un grupo campesino lenca de tierras de las que Lenin Pérez, un terrateniente local se había apropiado y a quien el Estado brinda protección. Fue galardonada con el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente.
La organización expresó que el caso de la activista hondureña Berta Cáceres es especialmente representativo y decidió destacarla en su edición de este año. “Me siguen. Me amenazan con matarme, con secuestrarme. Amenazan a mi familia”, decía en aquella oportunidad.
Esto es a lo que nos enfrentamos”, comentó Cáceres. Además, afirmó que desde 2013 han asesinado a tres de sus compañeros por oponer resistencia a la presa hidroeléctrica de Agua Zarca, en el río Gualcarque, que podría interrumpir una fuente de agua vital para cientos de miembros del pueblo indígena lenca. El informe “Cuántos más” de Global Witness señala que Honduras es el país más peligroso del mundo para los defensores ambientales. El documento estima que entre 2002 y 2014 se produjeron 111 asesinatos contra personas vinculadas a la defensa del medio ambiente.
Durante su visita a Washington, Cáceres participó en una serie de reuniones privadas y públicas, incluyendo citas en la Casa Blanca, el Congreso Nacional y la Agencia de Protección Ambiental (EPA), entre otras.
En más de 150 asambleas indígenas las comunidades lencas expresaron el rechazo a la construcción de la represa sobre el río Gualcarque. El proyecto hidroeléctrico negó, según Cáceres, el derecho de consulta libre, previa e informada, garantizada en el convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas, ratificado por Honduras. Amenazan con construir en otro punto, aguas arriba.
Y también está Blue Energy, otro proyecto sobre el río Cangel, con capitales estadounidenses y canadienses Ante la falta de respuesta del gobierno, en 2010 Cáceres llevó la protesta a la capital, Tegucigalpa, para exigir al Congreso el rechazo al proyecto hidroeléctrico. “Pero otorgaron los ríos a empresas privadas por más de 30 años”; en 2013, el pueblo lenca comenzó una toma indefinida de carreteras para impedir la entrada de maquinaria.
El bloqueo duró más de un año y fue según Cáceres uno de los períodos más difíciles. “Había presencia y hostigamiento militar, policial, guardias privados, sicarios. Incluso la policía hizo acciones en que apuntó los cañones de sus fusiles a las cabezas de niños y niñas y ancianos de Río Blanco”. Tres líderes lenca fueron asesinados durante la campaña de Agua Zarca, según Global Witness. Uno de ellos fue Tomás García. El militar que le disparó durante el bloqueo fue detenido por unos días y luego puesto en libertad. A finales de 2013, Sinohydro dio por terminado el contrato con DESA, señalando públicamente como motivo la continua resistencia comunitaria.
La Corporación Financiera Internacional retiró posteriormente su financiación citando inquietudes sobre violaciones de los derechos humanos. Y organizaciones internacionales como Amigos de la Tierra instan ahora a otra empresa, la alemana Voith Hydro, a que abandone su respaldo al proyecto. El proyecto de Agua Zarca está detenido por el momento.
“Pero amenazan con construir en otro punto, aguas arriba. Y también está Blue Energy, otro proyecto sobre el río Cangel, con capitales estadounidenses y canadienses”, por el que Cáceres asegura haber recibido múltiples amenazas. El proyecto negó, según Cáceres, el derecho de consulta previa en el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas, ratificado por Honduras. “Sabemos que es muy duro y que es una situación que se va a agravar”.
Luego de una visita a la región en diciembre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció “reportes que apuntan a una completa ausencia de las medidas más básicas para dar respuesta a denuncias de graves violaciones a los derechos humanos (…) a pesar de patrones de violencia identificados por organizaciones campesinas en relación a la posible participación del Estado en los presuntos incidentes”.
El país fue retirado de la lista negra de la Comisión, algo que según la misma sólo implica un sistema de monitoreo distinto. Dos de los hijos de Cáceres ya abandonaron Honduras por temores de seguridad. “Cuando iniciamos la lucha contra Agua Zarca yo sabía lo duro que iba a ser pero sabía que íbamos a triunfar, me lo dijo el río”. “Seguiremos ya no sólo como pueblo lenca sino con otras organizaciones con la esperanza de cambiar la situación en nuestro país”, dijo Cáceres a la BBC. “No nos queda otro camino más que luchar”.
“La lucha sigue”, dice su madre.
“Se perdió, pero la lucha sigue en este pueblo mejor organizado, seguirá haciéndose honor a su vida y su lucha”, Bertha Flores, madre de Bertha Cáceres.. Doña Bertha Flores, madre de Bertha Cáceres, en declaraciones al periodista David Romero Ellner, de Radio Globo, dijo estar segura que el asesinato de su hija Bertha Cáceres fue por la defensa de los ríos y de los derechos del pueblo lenca.
“Me enteré a las cuatro de la mañana, no sabemos nada de cómo pasaron las cosas, no esperamos nada de este gobierno despótico; ella había buscado otra casa para mayor seguridad, pero la asesinaron”, dijo en frases entrecortadas esta madre indignada.
Relató además que Cáceres estuvo la noche anterior en su casa junto a un amigo de México, platicando sobre la lucha, la gran persecución contra ella y que no iba a parar hasta sacarles carrera, se perdió, pero la lucha sigue y sigue en este pueblo mejor organizado, seguirá haciéndose honor a su vida y su lucha.
Hace poco estuvo en la parte de río Gualcarque en Santa Bárbara y allí tuvo un fuerte altercado con la policía y los empresarios del río Gualcarque; responsabilizo al gobierno que persigue a todo el mundo, incluso a mi hija que fue gran defensora de los derechos humanos, del agua y de la naturaleza.
Bertha fue una mujer llena de vida y de entusiasmo, deja cuatro hijos que empiezan a estudiar, imagínese la noticia que van a recibir.
