Nacionalistas no logran desvanecer megafraude en el IHSS

Por Redacción CRITERIO

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Tegucigalpa. La situación política hondureña se agrava cada día cuando siguen apareciendo más cheques y prueba que dejan mayor evidencia sobre la posible participación del Partido nacional en el desfalco al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS). Las acusaciones y contraacusaciones entre los líderes de los partidos políticos son cada vez más subidas de tono y van desde “sos ladrón” hasta “drogadicto y alcohólico”.

Lo cierto es que el Partido Nacional, hasta la fecha, no ha podido desvanecer ninguna de las pruebas presentadas por el periodista David Romero Ellner, que fue quien reveló con extremo detalla el entramado del drenaje de recursos al IHSS y califica que los documentos presentados por el comunicador “son fotocopias casi ilegibles de varios cheques sustraídos de un expediente del juzgado de privación de dominio, en donde se acusa a algunas empresas que vendieron suministros al Seguro Social”.

Según los nacionalistas, “Romero trata de forzar la evidencia y busca vincular artificiosamente la corrupción del Seguro Social con el Partido Nacional, aunque sabe que sus argumentos son débiles confía en su capacidad de manipulación y en el apoyo que recibirá de los dirigentes de Libre”. El partido Nacional ha basado su defensa en la emisión de comunicados donde pretende destacar logros del actual gobierno, pero que distan mucho de la realidad debido a que el narcotráfico sigue galopante en Honduras, las masacres están a la orden del día y en los primeros días de esta semana murieron 11 personas en dos asesinatos múltiples.

Además hace acusaciones contra los partidos de oposición de estar fraguando una campaña para querer derrocar al actual presidente y demerita las acusaciones del director de Radio Globo, a pesar que tanto la misma coordinadora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, admite la existencia de cheques para el Partido Nacional como el Fiscal que lleva el caso Roberto Ramírez Aldana que ha admitido la misma prueba. El pretendido logro de haber salido de la lista negra de los países que no respetan los derechos humanos, es tan solo un requisito establecido en el artículo 59 del reglamento de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CorteIDH) que establece que se debe sacar los países que demuestran voluntad de ir al Examen Periódico Universal (EPU), de la ONU.

Ahora, el Partido Nacional de Honduras denuncia la existencia de una campaña internacional para “derrocar” al presidente Juan Hernández y que detrás de esta estaría el politólogo español, Josú Gomes Barrutia del llamado grupo de Andalucía, abogado de profesión y miembro destacado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Un artículo virulento, leído por el diputado Francisco Rivera, titulado “La Conspiración Metanfetamina”, Gomes Barrutia conoce bien el ambiente político de Honduras y es asesor del partido Libertad y Refundación (Libre), desde la campaña electoral recién pasada.

Y ahora, sigue diciendo el comunicado nacionalista, se comprometió a esbozar una estrategia para desacreditar al partido nacional y poner en precario el gobierno de Hernández. En el primer comunicado emitido la semana pasada, el Partido Nacional acusó a grupos políticos de la oposición de estar detrás de una conspiración orquestada, en represalia porque el gobierno logró que Honduras saliera de la lista negra de violadores de derechos humanos, entre otros logros. En el segundo comunicado, el partido gobernante, hace acusaciones sobre una conspiración política orquestada por Libre con el apoyo de asesores extranjeros.

A continuación el segundo comunicado emitido por el Partido Nacional:La conspiración metanfetamina (NR: nadie se acredita el libelo)

La frustración y ansia de poder de Manuel Zelaya le provocaron un malestar inusitado la mañana del 14 de marzo, eso sumado a la resaca producida por el consumo de metanfetaminas y alcohol la noche anterior.

No concebía que sus esfuerzos denodados por desacreditar al Partido Nacional y al Presidente Hernández no dieran resultado, por el contrario Hernández cada vez recibía más apoyo popular sobre todo por su acción decidida contra el crimen organizado.

Aunque apenas eran las 11 de la mañana en Honduras ya daban las 7 de la noche en Andalucía España, así que decidió a llamar a su consejero Josú Gomes para delinear una estrategia.

Josú Gomes Barrutia es un politólogo español, del llamado grupo de Andalucía, abogado de profesión y miembro destacado del PSOE.

Gomes Barrutia conoce bien el ambiente político de Honduras pues asesora a Libre desde la campaña electoral, siempre le dio buenos consejos a Mel y a Xiomara, y en este caso se comprometió a esbozar una estrategia para desacreditar al partido nacional y poner en precario el gobierno de Juan Orlando Hernández.

Un par de días después, el lunes 16 de marzo para ser más exactos, Josu se comunica con Zelaya y le informa que ha ideado una ruta para sus objetivos. Se basa en que en el mes de mayo se haría la evaluación de la situación de derechos humanos practicada por las Naciones Unidas, y que se desarrollaría una campaña internacional de descredito del gobierno y acusaciones de violaciones a los derechos humanos y corrupción gubernamental, a esto seguiría demostraciones en las calles y creación de tumultos y desordenes en las calles, en el clímax de la crisis creada, el propio Mel Zelaya presentaría moción en el Congreso Nacional para que el Presidente Hernández sea interpelado y se le pediría su renuncia.

No les resulto lo que esperaban que Honduras saliera mal de la evaluación de derechos humanos, por el contrario la evaluación resulto en una calificación de 82% de aprobación, esto causo gran desilusión entre la dirigencia de Libre. Ante ese nuevo revés en sus intenciones Mel acude a su amigo David Romero, periodista de pocos escrúpulos quien le debe varios favores, entre ellos el haberle dejado libre al indultarle una condena de 10 años a la que fuera sentenciado por haber violado a su propia hija, menudo favor que le hiciera el expresidente Zelaya al señor Romero Ellner, pues se trató de una acción ilegal y constituye un delito de abuso de autoridad que no prescribe.

Tampoco pueden esperar que la amnistía que les otorgo el gobierno anterior los siga protegiendo de los delitos de corrupción, violación de derechos humanos y otros abusos que cometieron de manera flagrante.

David Romero desempolva unas fotocopias casi ilegibles de varios cheques sustraídos de un expediente del juzgado de privación de dominio, en donde se acusa a algunas empresas que vendieron suministros al seguro social. Romero trata de forzar la evidencia y busca vincular artificiosamente la corrupción del Seguro Social con el Partido Nacional, aunque sabe que sus argumentos son débiles confía en su capacidad de manipulación y en el apoyo que recibirá de los dirigentes de Libre.

Zelaya incuba nuevas esperanzas de éxito en la creación del caos y la desestabilización del Gobierno y las instituciones, de lo que él piensa saldrá beneficiado, llama a su colega Salvador Nasralla, líder del PAC y lo convence de participar en la conspiración, igual trata de hacer con otros miembros del PAC.

Es así que inicia la campaña de desprestigio contra el Partido Nacional, haciendo esfuerzos por incorporar más actores de la oposición para soñar con tomar el poder por la fuerza sin tener que ganar una elección.

Al desarrollo de la conspiración se suman voceros de la izquierda radical y los dirigentes de Libre hacen llamados para realizar demostraciones en las calles, que coincidan con la escena teatral que Mel Zelaya monta en los bajos el Congreso, gritando a todo pulmón que Juan Orlando debe renunciar.

Esa estratagema trasnochada producto de los sueños de la metanfetamina hubiera tenido posibilidades de éxito si se tratara de un partido débil e impopular, pero lo que no han considerado es que le Partido Nacional es el partido más popular del país, y Juan Orlando tiene índices de aceptación de más de 80%, lo que indica que esta será otra maniobra frustrada de Mel.

El Partido Nacional es un partido que ha iniciado una lucha frontal contra el crimen organizado, extraditando a capos de la droga, luchando contra la impunidad y a favor de la transparencia, con resultados de alto impacto como nunca antes lo que ha logrado que ahora tengamos el reconocimiento internacional que habíamos perdido por culpa de los que crearon la crisis, que no fue el Partido Nacional.

El caos que trata de crear Mel con la ayuda de Salvador Nasralla, será conjurado nuevamente y será el pueblo nacionalista que saldrá una vez más a las calles a defender la democracia hondureña.

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