Chile: El velo de la ignorancia

Hacia una Economía política de las remesas en Honduras

Por: Pedro Morazán

Juan López, al igual que Berta Cáceres y muchos otros luchadores por la protección del medio ambiente en Honduras, han sido víctimas de la violencia estructural que azota a Honduras desde hace ya algunos años. Seguramente a pocos metros de la casa de hogar de las victimas mencionadas vivían Carlos o María, gente pobre que habrían intentado, al igual que Juan, mejorar la situación, sin éxito. Como tantos otros, Carlos de 28 años de edad o María de 23 años decidieron mejor huir de la violencia y de la pobreza, abandonando su país. Ninguno de ellos logró concluir sus estudios de educación secundaria y ambos dejan un hijo pequeño a cargo de sus parientes. Decidieron huir de la pobreza y de la violencia y ahora viven en Texas o California o en cualquier lugar de los Estados Unidos, donde les es posible ganar en promedio más de 800 dólares semanales que, multiplicados por las cuatro, vendrían a ser 3200 dólares mensuales.

Carlos o María llegaron allá como indocumentados y aunque aun no han arreglado sus papeles, ya están en capacidad de enviar a sus familiares en Tocoa o en Villa Nueva, más de 7,800 lempiras mensuales, es decir un 10% de sus ingresos. Es por ello que, actualmente, diez de cada cien hondureños en edad e trabajar emigran a los Estados Unidos. Los nombres mencionados aquí, son ficticios y todas las cifras, están basadas en los promedios estadísticos que se han calculado para Honduras en diversos estudios sobre migración irregular y remesas elaborados por instituciones nacionales o multilaterales como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La migración irregular y las remesas

Como bien se sabe, la gran mayoría de los hondureños que emigran, lo hacen en dirección a los Estados Unidos de América. Texas, Florida y California son los Estados preferidos entre los migrantes hondureños. Existen varias regiones o departamentos de expulsión en Honduras y aunque la mayor migración transfronteriza proviene de Francisco Morazán y Cortés, habitantes de todas las zonas urbanas y rurales deciden abandonar el país en busca de mejores condiciones. Esta diversidad geográfica sugiere que la población hondureña de migrantes en Estados Unidos tiene perfiles financieros diversos, un acceso variable a productos y servicios financieros y preferencias potencialmente diferentes para el envío de remesas.

Según el Banco Central de Honduras (BCH), las remesas como porcentaje del PIB han aumentado del 18 por ciento en 2016 al 25.7 por ciento en 2023, alcanzando la cifra de 9,242 millones de dólares en 2023. Esto convierte a Honduras en uno de los 10 principales países receptores de remesas del mundo. Alrededor del 80 % de las remesas llegan de Estados Unidos, donde viven más de un millón de hondureños, entre residentes legales e indocumentados, según autoridades de Tegucigalpa.

Las remesas se han convertido en un factor importante para las economías centroamericanas. Más del 70% de las remesas que llegan a esta región provienen de los Estados Unidos. En el caso de Honduras esta cifra alcanza incluso el 90%. Si tomamos en cuenta que las remesas constituyen más del 27% del Producto Interno Bruto (PIB), podemos afirmar que dicho rubro tiene un impacto positivo para la estabilidad económica del país. Los ingresos de divisas provenientes de las remesas superan incluso a los ingresos por exportaciones de café, el rubro más importante del comercio exterior. En tanto que contribuyen a las reservas monetarias del BCH, las remesas tienen un papel estabilizador de primera importancia.

Las remesas y su funcionamiento

En vista de que las remesas se han convertido en un factor determinante para el funcionamiento de la economía hondureña, sería necesario profundizar en el análisis de los mecanismos de funcionamiento y las implicaciones micro- y macroeconómicas. De hecho ya muchas instituciones de cooperación internacional como la USAID o el Banco Interamericano de Desarrollo han efectuado estudios que brindan cierta claridad sobre las dinámicas del fenómeno.

Hallazgos realizados en diversos estudios describen un ecosistema de remesas sumamente complejo y en rápida evolución en Honduras. Los remitentes y receptores de remesas enfrentan puntos de decisión en varias coyunturas cruciales, entre ellas:

Cómo enviar sus remesas (efectivo, tarjetas de débito/crédito, cheques), qué agentes de envío utilizar (físicos, digitales);

Qué operadores de pago utilizar (operaciones de transferencia de dinero, bancos)

Cómo recibir los fondos (efectivo, depósito directo, pagos directos a facturas de servicios públicos); y

Cómo gastar los fondos (consumo, ahorro, inversión): Las encuestas muestran que según las consultas realizadas, el 78% del dinero se destina a gastos de alimentación, el 31% se destina a gastos de salud y el 30% se utiliza para el pago de servicios básicos.

Según las estadísticas, alrededor del 92 por ciento de las remesas en el corredor Estados Unidos-Honduras se transfieren a través de proveedores de servicios de remesas formales. Los migrantes hondureños, en gran proporción indocumentados, se sienten atraídos por los requisitos laxos de los operadores de transferencia de dinero (OTD) para las transferencias de montos inferiores a 3.000 dólares estadounidenses y no necesitan proporcionar ningún tipo de identificación a menos que las circunstancias se consideren sospechosas. La distribución minorista de remesas en Honduras es posible a través de bancos, cooperativas de crédito, casas de cambio, diversas instituciones de microfinanzas y otros negocios comerciales como supermercados y ferreterías.

Los operadores de remesas desde Estados Unidos se encuentran entre los menos costosos para la región latinoamericana. Según la base de datos Remittance Prices Worldwide, los costos de envío de remesas a Honduras eran del 3,7 % en el cuarto trimestre de 2023. Este predominio de las empresas de remesas sobre los bancos se debe, en gran parte, a la disminución de los márgenes de beneficio de las remesas, que han hecho que muchos bancos en Honduras pierdan interés en el mercado. Si bien el panorama de las OTD es cada vez más competitivo, estos intentan cooperar con sus competidores digitales, poniendo a disposición amplias redes de agentes dentro de Honduras, lo que permite a los destinatarios cobrar su dinero en una variedad de lugares, incluidos bancos y tiendas. Sin embargo la tendencia que se observa a nivel mundial es una mayor penetración de las llamadas “Fintech” en el mercado de remesas.

Como es de suponer, las aplicaciones de Fintech (Tecnologías financieras digitales) están penetrando aceleradamente el mercado de las remesas. Esto es así porque, además de una mayor reducción de costos y agilización de las transacciones, las Fintech pueden promover la inclusión financiera, para personas que carecen de una cuenta bancaria. Separadas de las sucursales bancarias y las redes de agentes, las remesas digitales pueden llegar a hogares remotos y de bajos ingresos. En Centroamérica existe hay un porcentaje superior de Fintech dedicadas a pagos y remesas en comparación con el resto de la Latinoamérica. Las remesas digitales también son más rápidas que las canalizadas físicamente y la información asociada puede complementar los instrumentos bancarios tradicionales para la evaluación de la solvencia.

En Honduras algunas instituciones financieras han sido pioneras en el uso de la banca en línea y los teléfonos móviles para ampliar el acceso a los servicios por parte de los receptores de remesas. Los pioneros en Honduras fueron el Banco Ficohsa y la compañía de telefonía móvil Tigo que lanzaron en 2007 servicio llamado FICOCEL, que permitía a los usuarios manejar y operar los productos bancarios desde un teléfono celular Tigo. El Banco Ficohsa ofrece cuentas remesas para atraer a lo clientes. Por medio de la billetera móvil “TENGO” se tiene acceso a un servicio las 24 horas del día. Los servicios incluyen pagos con tarjeta de crédito, cotizaciones de préstamos, consultas de saldos de cuentas corrientes y de ahorro, transferencias entrantes y salientes, notificaciones de pagos con tarjeta de crédito y reembolso de préstamos.

Otro servicio de telefonía móvil, BAC Móvil proporcionado por BAC Bamer, ofrece funciones similares pero con cualquier operador de telefonía móvil. También el Banco Atlántida ofrece ofertas especiales enviar y recibir remesas familiares. Una fuerte reducción del monto inicial para abrir una cuenta de ahorros (L. 250.00) es quizás la oferta más sobresaliente. Es de hacer notar que también se ha introducido el servicio rápido que permite recibir las transferencias en cuestión de minutos. Al igual que los otros bancos, existe cooperación con las principales “remesadoras” (OTD) activas en el mercado de remesas de los Estados Unidos. Los receptores de remesas pueden abrir directamente una cuenta desde su celular, descargando la aplicación “Atlántida Móvil”.

¿Qué hacer?

En vista de la relevancia de las remesas para el buen funcionamiento de la economía hondureña, es de suma importancia promover el marco adecuado que permita una mayor inclusión financiera de los hogares que reciben remesas. Dado el impacto que tienen las remesas a nivel local, es importante vincularlas con estrategias de desarrollo sostenible, que incluyan también la mejora de la infraestructura y de adaptación al cambio climático. Como hemos visto más arriba tanto el sector bancario como las Fintech están desarrollando ofertas que contribuyen a la inclusión financiera de los migrantes y sus familias. Sin embargo todavía se puede hacer más, tomando en cuenta la experiencia de otros países con niveles similares de desarrollo. La creación de las llamadas “billeteras digitales” podría tener impacto en la mayor inclusión financiera de las familias que reciben remesas.

Uno de los problemas que se han podido observar en Honduras es que las diversas instituciones que se ocupan con las remesas lo hacen de manera aislada. Las actividades del Banco Central de Honduras parecen no tener suficiente coordinación con la CNBS y con el sector privado. Se ha preparado un proyecto de reglamento para las empresas de transferencia de dinero que debería ser revisado. Hace ya algunos años se proponía formar un comité para la recopilación de datos. El gobierno de Honduras podría considerar la formación de un comité nacional para maximizar los recursos disponibles para una mejor recopilación de datos. El comité podría reunir a las principales partes interesadas, entre ellas el INE, el Banco Central, la CNBS y la UIF, para intercambiar información sobre los datos y producir mejor información mediante la coordinación.

María y Carlos viven aun en la incertidumbre, no solo por el choque cultural o el difícil ambiente laboral en su nuevo país de destino, sino también por la creciente frustración política que se vive en su país de origen. Se ha avanzado mucho en lo referente al marco legal que promueve las remesas. Lo que se ha hecho, sin embargo, aun no es suficiente, si se toman en cuenta los potenciales existentes. La energía de María y Carlos se podría transformar en una motivación mayor par ayudar a sus comunidades, si contasen con el apoyo del gobierno y la cooperación internacional.

  • Pedro Morazán
    Doctor en Economía e investigador del Instituto SUEDWIND de Bonn, Alemania. especializado en desarrollo y deuda externa, y ha realizado estudios para el EDD en África y América Latina Ver todas las entradas

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